A continuación se resumen las principales actividades
del Consejo de Seguridad durante 2003
El Iraq
Antes de la invasión del Iraq el 19 marzo, el Consejo
celebró numerosas reuniones en relación con la aplicación de la resolución
1441 (2002), en que se preveía la instauración de un régimen de inspección
más estricto y se concedía al Iraq una última oportunidad de cumplir
las resoluciones pertinentes del Consejo.
El Presidente Ejecutivo de la UNMOVIC, Hans Blix, y el Director General
del OIEA, Mohamed ElBaradei, informaron al Consejo los días 27 de enero,
14 de febrero y 7 y 19 de marzo. El 7 de marzo, el Sr. ElBaradei afirmó
que, después de tres meses de inspecciones intrusivas, el OIEA no había
encontrado pruebas de que se hubiera reactivado el programa de armamento
nuclear. El Sr. Blix informó sobre la marcha del proceso de desarme
después de un período en que la parte iraquí se había mostrado un tanto
reacia a cooperar. El 5 de junio, el Sr. Blix informó al Consejo de
que, hasta el 19 de marzo, los inspectores no habían encontrado pruebas
de que los programas de armas de destrucción en masa siguieran en marcha
o se hubieran reanudado.
El 5 de febrero, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Colin
Powell, presentó lo que, a su juicio, era la demostración de que el
Iraq no se había desarmado, declaró que el país había incurrido en
violación grave de la resolución 1441 (2002) y advirtió que ello traería
graves consecuencias. Sin embargo, el Ministro de Relaciones Exteriores
de Francia, Dominic de Villepin, al que se sumaron otros oradores,
dijo que, si había que elegir entre una intervención militar y un régimen
de inspección ineficaz, la comunidad internacional debería optar por
reforzar las inspecciones.
El 14 de febrero, en relación con la presentación de información por
parte de los encargados del régimen de inspección, los Ministros de
Relaciones Exteriores de Francia, China, la Federación de Rusia y Alemania,
entre otros, se declararon a favor de seguir adelante con el proceso
de inspección. Sin embargo, el Sr. Powell, con el apoyo de Jack Straw,
Secretario de Estado de Relaciones Exteriores y Asuntos del Commonwealth
del Reino Unido, se mostró en contra de alargar eternamente el proceso
de inspección. El representante del Iraq afirmó que su país carecía
de armas de destrucción en masa y que las afirmaciones del Sr. Powell
estaban “completamente alejadas de la verdad”. En un debate celebrado
el 7 de marzo, el Sr. de Villepin, afirmó que no permitiría una resolución
que autorizara el uso automático de la fuerza, y otros oradores de
alto nivel reiteraron su postura.
Los días 18 y 19 de febrero y 11 y 12 de marzo, el Consejo escuchó
la opinión de los Estados no miembros del Consejo de Seguridad en debates
abiertos convocados por el Movimiento de los Países No Alineados. En
esos debates, la mayoría de los oradores instaron al Consejo a que
agotara todas las vías pacíficas antes de recurrir a lo que muchos
calificaron de “precipitación hacia la guerra”. No obstante, varios
oradores, entre ellos los representantes de Australia, el Perú y el
Japón, instaron a que se actuara con rapidez a fin de mantener la credibilidad
del Consejo.
El 19 de marzo, justo antes del inicio de las hostilidades en el Iraq,
el Consejo se reunió una vez más para escuchar a los inspectores principales,
cuya misión se había suspendido. El Secretario General, Kofi Annan,
afirmó que, cuando estaba claro que el conflicto iba a comenzar, debía
hacerse todo lo posible por mitigar el desastre inminente, que fácilmente
podía traer consigo hambre y epidemias.
Durante el período posterior al 19 de marzo, la actuación del Consejo
vino marcada por la aprobación de las resoluciones 1483 (2003) y 1511
(2003) y por el atentado del 19 de agosto contra la sede de las Naciones
Unidas en Bagdad.
En un debate abierto celebrado los días 26 y 27 de marzo, el Secretario
General dijo que el mundo estaba viviendo un momento de profundas divisiones
y que el Consejo debía redescubrir su unidad de propósito. Mientras
durara la guerra, era imprescindible proteger a la población civil.
Durante el debate tomaron la palabra unos 68 oradores, la mayoría de
los cuales afirmó que la guerra constituía una violación del derecho
internacional y de la Carta de las Naciones Unidas. Hicieron hincapié
en la necesidad de proteger a la población civil iraquí, prestar asistencia
humanitaria inmediata, velar por la integridad territorial del Iraq
y adaptar el programa de petróleo por alimentos a la nueva situación.
El Consejo recuperó en cierto modo su unidad el 22 de mayo, con la
aprobación de la resolución 1483 (2003) por 14 votos a favor, con la
ausencia de Siria. Entre otras cosas, la resolución disponía el nombramiento
de un Representante Especial del Secretario General y el levantamiento
de las sanciones comerciales, y apoyaba la formación de una administración
provisional por el pueblo del Iraq, con la ayuda de la “Autoridad”
(las Potencias ocupantes bajo un mando unificado) y el Representante
Especial.
En su única comparecencia para informar al Consejo, el 22 de julio,
el Representante Especial del Secretario General, Sergio Vieira de
Mello, exigió que se estableciera cuanto antes un calendario claro
para restaurar la soberanía del país a la mayor brevedad posible. Según
el Representante Especial, la mayor contribución que podían aportar
era seguir la pauta de los iraquíes y, cuando fuera necesario, ayudarlos
a lograr el consenso entre ellos, y añadió que las Naciones Unidas
no podían remplazar a la Autoridad Provisional de la Coalición. También
tomaron la palabra ante el Consejo miembros del Consejo de Gobierno
del Iraq.
En su resolución 1500 (2003), aprobada el 14 de agosto por 14 votos
a favor y con la abstención de Siria, el Consejo autorizó la creación
de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para el Iraq (UNAMI)
por un período de un año y acogió con beneplácito el establecimiento
del Consejo de Gobierno del Iraq, integrado por 25 miembros, por ser
un “importante paso” hacia la formación de un gobierno internacionalmente
reconocido y representativo.
Después del atentado terrorista del 19 de agosto contra la sede de
las Naciones Unidas en Bagdad, que se saldó con 23 muertos, entre ellos
el Representante Especial del Secretario General, Sergio Vieira de
Mello, el Consejo, en una declaración de su Presidente de fecha 20
de agosto, afirmó que las Naciones Unidas no se dejarían intimidar,
condenó en los términos más enérgicos a los autores del atentado y
subrayó la necesidad de hacerlos comparecer ante la justicia.
El 16 de octubre, el Consejo, que aprobó por unanimidad la resolución
1511 (2003), exhortó a la Autoridad Provisional de la Coalición a que
devolviera las atribuciones de gobierno al pueblo iraquí tan pronto
como fuera viable, e invitó al Consejo de Gobierno del Iraq a que,
a más tardar el 15 de diciembre de 2003, le presentara un calendario
para la redacción de una nueva constitución y la celebración de elecciones
democráticas. El Consejo instó a los Estados Miembros a que prestaran
asistencia a la fuerza multinacional bajo mando unificado para mantener
la seguridad en el Iraq. Asimismo, decidió que las Naciones Unidas
debían reforzar el papel esencial que desempeñaban en el país. El Secretario
General afirmó que haría todo lo posible para aplicar el mandato, teniendo
presente su obligación de velar por la seguridad del personal de las
Naciones Unidas.
El 21 de noviembre, los representantes de la Autoridad Provisional
de la Coalición (los Estados Unidos y el Reino Unido) comunicaron al
Consejo de Seguridad que la Autoridad había llegado a un acuerdo con
el Consejo de Gobierno del Iraq para establecer una asamblea nacional
de transición representativa que asumiría plenamente la soberanía para
el 30 de junio de 2004. Asimismo, se había fijado un calendario para
la elección directa de una convención constitucional, a más tardar
el 15 de marzo de 2005. Mediante referéndum popular se ratificaría
una constitución y, a más tardar el 31 de diciembre, se elegiría a
un nuevo Gobierno del Iraq. Los representantes de la Coalición ya habían
informado al Consejo al respecto el 21 de agosto, de conformidad con
la resolución 1483 (2003).
El 16 de diciembre, tres días después de la captura de Saddam Hussein,
el Secretario General comunicó al Consejo que las Naciones Unidas estaban
dispuestas a asumir plenamente su función en el Iraq, pero que, por
motivos de seguridad, pocos miembros del personal de contratación internacional
podrían trabajar dentro del país. Por ello, la misión de la Organización
se establecería en Chipre y Jordania. Se necesitaba conocer mucho más
claramente lo que los iraquíes y la Coalición esperaban de las Naciones
Unidas en relación con la asistencia a la transición política. Sin
embargo, el Ministro de Relaciones Exteriores del Iraq, Hoshyar Zebari,
destacó que la situación que vivían ponía de relieve la necesidad de
profundizar la participación de las Naciones Unidas, lo que no podía
lograrse eficazmente desde Chipre o Ammán. En virtud de la resolución
1518 (2003), aprobada por unanimidad el 24 de noviembre, el Consejo
estableció un comité para que siguiera localizando los activos financieros
sustraídos del Iraq por personas relacionadas con Saddam Hussein.
En una declaración de su Presidente de fecha 18 de diciembre, el Consejo
de Seguridad prorrogó el mandato de Yuli Vorontsov, Coordinador de
Alto Nivel del Secretario General, en relación con la repatriación
y el regreso de todos los nacionales de Kuwait y de terceros países,
o de sus restos mortales, y con la restitución de todos los bienes
de los kuwaitíes, incluidos los archivos, de los que se había incautado
el Iraq, de acuerdo con la resolución 1284 (1999).
Programa de petróleo por alimentos
El programa de petróleo por alimentos terminó el 21
de noviembre a medianoche, de conformidad con lo dispuesto en la resolución
1483 (2003). El programa, creado en 1995 para paliar los efectos de
las sanciones impuestas después de que el Iraq invadiera Kuwait en
agosto de 1990, permitía al Iraq utilizar parte de sus ingresos procedentes
del petróleo para adquirir alimentos y medicinas y, proporcionaba a
aproximadamente el 60% de la población iraquí su único sustento. El
programa se suspendió el 17 de marzo, cuando el Secretario General
decidió retirar al personal de las Naciones Unidas del país, justo
antes del inicio de las acciones militares.
Mediante la resolución 1472 (2003), aprobada el 28 de marzo, el Consejo
autorizó al Secretario General a establecer con carácter de urgencia
puntos alternativos, tanto dentro como fuera del Iraq, para la entrega
de los equipos y suministros humanitarios, a reenviar las mercancías
a dichos puntos cuando procediera, y a tramitar los contratos aprobados
tras su revisión a fin de establecer órdenes de prioridad en las necesidades
de medicamentos, suministros médicos, alimentos y otros materiales.
En una declaración de su Presidente (véase el documento S/PRST/2003/24),
el Consejo subrayó la función excepcionalmente importante que desempeñaba
el programa al proporcionar asistencia humanitaria a la población del
Iraq bajo el régimen de sanciones impuesto por el Consejo. El Secretario
General anunció que la Organización transferiría todas las responsabilidades
y los fondos y activos restantes a la Autoridad Provisional de la Coalición.
En casi siete años, dijo, el programa de petróleo por alimentos, el
único programa humanitario financiado íntegramente con recursos pertenecientes
a la nación para la que se había concebido, había tenido que encarar
una serie casi imposible de desafíos, para lo que había utilizado unos
46.000 millones de dólares procedentes de las ganancias derivadas de
las exportaciones iraquíes.
Misión de Observación de las Naciones Unidas para
el Iraq y Kuwait (UNIKOM)
El 6 de octubre marcó el fin de la Misión de Observación
de las Naciones Unidas para el Iraq y Kuwait (UNIKOM) y de la zona
desmilitarizada entre ambos países. La decisión se había tomado el
3 de julio, con la aprobación por unanimidad de la resolución 1490
(2003), en virtud de la cual se prorrogó el mandato de la UNIKOM por
un último período que concluiría el 6 de octubre.
|