REPUBLICA DEL ECUADOR

INTERVENCION DEL

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DEL ECUADOR,
DOCTOR HEINZ MÓELLER FREILE,

EN LA CONFERENCIA SOBRE MEDIDAS PARA FACILITAR LA ENTRADA EN
VIGOR DEL TRATADO DE PROHIBICIÚN COMPLETA DE LOS ENSAYOS NUCLEARES.

NUEVA YORK, 12 DE NOVIEMBRE DE 2001

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Señor Presidente:

Como Latinoamericano, me complace sobremanera verlo presidir nuestros trabajos. Estoy seguro que sabrá conducirlos con su reconocida inteligencia y acierto.

Sin ninguna duda, el desarme es el camino más idóneo para conseguir la consolidación de la paz y la seguridad internacionales, y el desarme nuclear resulta prioritario para ir a la meta, todavía lejana, del desarme general y completo bajo control internacional eficaz. Por esa razón en la Declaración del Milenio nuestros Jefes de Estado y de Gobierno aceptaran emprender en la impostergable tarea de eliminar las armas de destrucción en masa, en particular las armas nucleares.

Ante el peligro que entrañan las armas nucleares para la sobrevivencia misma de la humanidad, por su brutal poder de destrucción, por carecer de toda justificación moral, y por su altísimo costo, las Naciones Unidas han convertido a esta cuestión en centro de sus debates y su eliminación ha sido y es la expresión de las aspiraciones de todos los pueblos amantes de la paz.

El desarme y la no-proliferación son factores esenciales de la seguridad internacional y base fundamental de la paz en el siglo XXI. Un desarme general y completo bajo control estricto y eficaz constituye el objetivo mayor y prioritario en materia de política internacional, condición ineludible para un mundo más estable y más seguro. Uno de sus principios fundamentales debe seguir siendo la necesidad de reducir los excesivos gastos militares, a fin de que los países puedan asignar recursos adicionales al desarrollo económico y social.

En este importante ámbito, la comunidad internacional ha emprendido en alentadores avances, incorporando medidas de control y vigilancia de alcance mundial. El Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, entendido como una real medida de desarme y no solamente como una herramienta adicional en el campo de la no proliferación, es la culminación de 40 años de esfuerzos para tratar de eliminar tales ensayos, que sólo sirven al perfeccionamiento y producción de nuevas armas, mientras envenenan el medio ambiente y atentan contra la salud y la vida de importantes grupos humanos. Su eventual reanudación significaría el fin del desarme y de la no-proliferación, sistemas que han sido construidos en décadas de pacientes negociaciones.

Es alentador el significativo número de estados signatarios del TPCE que asciende en la actualidad a 161, de los cuales 79 lo han ratificado. Sin embargo, el Tratado sólo entrará en vigor 180 días después de la fecha en que hayan depositado los instrumentos de ratificación todos los 44 estados enumerados en su anexo 2. Tres de estos estados aún no lo han suscrito y 13 todavía no lo han ratificado, incluyendo potencias nucleares, cuya vinculación al Tratado es determinante en el futuro del desarme y de la no-proliferación nuclear. En tal virtud es urgente formular un nuevo llamado y exhortarlos a que aceleren sus procedimientos legales y constitucionales orientados a formalizar su participación en este instrumento internacional. Mientras tanto, es imprescindible que todos los estados observen una estricta moratoria de los ensayos nucleares.

Con el objeto de observar el cumplimiento del Tratado, el mismo instrumento estableció un régimen de verificación, que incluye un Sistema Internacional de Vigilancia, que a su vez contempla el establecimiento de instalaciones de control, señaladas en el Anexo I al Protocolo del Tratado. En el caso del Ecuador, tales instalaciones se ubicarán en las Islas Galápagos. El amplio alcance del Sistema Internacional de Vigilancia es reflejo de la voluntad de todos los países para fortalecer las políticas y acciones relacionadas con el desarme, a través de sistemas vinculantes de carácter global. El Ecuador apoya el establecimiento de este sistema de control internacional y el alcance del TPCE. En este contexto ha adoptado las medidas previas pertinentes en el ámbito interno destinadas a la creación de la Autoridad Nacional del Ecuador del Tratado. Se encuentra ya constituido el Comité Interinstitucional, presidido por el Ministerio de Relaciones Exteriores como mecanismo de consulta y supervisión permanente.

La amplia colaboración de mi país con la Secretaría Técnica de la Comisión Preparatoria del TPCE ha sido fructífera, tal como quedó demostrado durante la visita de la Misión Técnica de la Secretaria, realizada en mayo último, durante la cual tuvo lugar la inspección de los lugares de emplazamiento en las Islas Galápagos. Con esta oportunidad, el Ecuador reitera el deseo de continuar cooperando con las medidas preparatorias para su participación en el Sistema Internacional de Vigilancia.
 

Señor Presidente:

El Ecuador suscribió el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares el 24 de septiembre de 1996. De acuerdo con su nueva Carta Política, obtuvo la opinión previa y favorable del Tribunal de Garantías Constitucionales, y en el transcurso de la semana anterior el Congreso Nacional lo aprobó.. En tal virtud el Señor Presidente de la República suscribió, inmediatamente, el decreto de ratificación, cuyo instrumento, con singular beneplácito, procedí a depositarlo esta misma mañana ante la Secretaría General de las Naciones Unidas como un paso concreto de la contribución ecuatoriana para el proceso de entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, y como una prueba más de su política exterior en apoyo al desarme total y completo, en estricta adhesión a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas sobre el mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales.