UNION EUROPEA

Intervención

De

José María Aznar
Presidente del Gobierno de España

Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo

Monterrey, México
21 de marzo del 2002


Sr. Presidente de esta Conferencia
Sr. Presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas
Sr. Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas

Una preocupación compartida nos congrega hoy en esta Conferencia de Monterrey: la insoportable situación que sufre una gran parte de la Humanidad. No es tan solo una preocupación moral basada en un fundamento ético. Es también el convencimiento de que es necesario extender a todo el mundo, es decir, a todos los seres humanos que lo pueblan, las oportunidades que gozan los ciudadanos de los países más avanzados.

Hemos venido pues no sólo a reflexionar, sino también a actuar, para hacer del mundo que habitamos un lugar más justo, más próspero, mejor, con la vista puesta no en consideraciones abstractas sino en seres humanos concretos.

En ese sentido, creo sinceramente que la Conferencia de Monterrey es un significativo jalón de un proceso que la Comunidad Internacional en su conjunto ha decidido impulsar desde la Cumbre del Milenio. Monterrey, junto con Doha y Johannesburgo, son y serán nombres asociados al esfuerzo por abordar concertadamente los diferentes aspectos del desarrollo.

Porque los desafíos globales requieren respuestas globales. Esa es la gran virtualidad del bien llamado consenso de Monterrey. Estamos sin duda ante una trascendental renovación de un pacto universal para acabar con la pobreza. Un pacto basado en el compromiso firme de unos y de otros y en una convicción: nadie está condenado a la pobreza y al subdesarrollo. Todo país dispone de un potencial de creatividad y de crecimiento que es preciso liberar.

Se trata de un acuerdo con vocación de buscar y lograr el compromiso en los aspectos más relevantes que influyen en el desarrollo y en la erradicación de la pobreza.

Libertad, democracia, buen gobierno y transparencia, respeto de los Derechos Fundamentales, apertura económica, más y mejor ayuda, mayor diálogo y participación, una atención preferente a la educación, fundamento básico del desarrollo sostenible son, entre otras, algunas de las caras de ese complejo poliedro que debe ser una adecuada política de fomento del desarrollo.

La Unión Europea, el mayor donante del mundo de Ayuda para el Desarrollo, reitera en esta Conferencia su adhesión a los principios y las acciones que recoge el “Consenso de Monterrey.  La nueva realidad internacional supone un reto que exige fórmulas imaginativas y novedosas. Somos sensibles a estas preocupaciones y por ello, deseo presentar en esta Conferencia el siguiente conjunto de iniciativas adoptadas por consenso por parte de la Unión Europea.

De acuerdo con nuestro reiterado compromiso de lograr el objetivo de destinar el 0,7% de nuestro Producto Nacional Bruto a Ayuda Oficial al Desarrollo, los Estados Miembros de la UE hemos decidido realizar los esfuerzos necesarios para alcanzar colectivamente una media en la Unión Europea del 0,39% en 2006.

Para ello, aquellos Estados Miembros cuya aportación sea igual o superior al 0,7% proseguirán sus esfuerzos para mantener o superar esa cifra. Aquellos que están por debajo de la misma, se esforzarán para alcanzar en el 2006 al menos la cifra del 0,33% de su PNB para Ayuda Oficial al Desarrollo.

Por otra parte, la Unión Europea manifiesta su empeño en conseguir que la Ayuda al Desarrollo sea más eficaz. Que llegue a los beneficiarios con más facilidad, con más rapidez y con menor coste. Por ello, los Estados miembros de la Unión Europea aplicarán medidas concretas sobre coordinación de políticas y procedimientos de armonización antes de 2004 de acuerdo con los criterios acordados internacionalmente, incluyendo la aplicación de las recomendaciones de la Unidad especial del Comité de Asistencia para el Desarrollo de la OCDE sobre actuaciones de los donantes.

De acuerdo con esa misma filosofía, aplicaremos la recomendación del Comité de Asistencia para el Desarrollo sobre supresión de las condiciones de la ayuda a los países menos desarrollados. Asimismo, continuaremos los debates para una mayor desvinculación de la ayuda bilateral. La Unión Europea también estudiará medidas en el sentido de una mayor desvinculación de la ayuda comunitaria, a la vez que se mantienen los sistemas actuales de preferencias de precios en el marco los acuerdos entre la Unión y los países del Grupo ACP.

Basada en el convencimiento de que el comercio internacional es un auténtico motor del desarrollo, la Unión Europea está firmemente comprometida en el liderazgo de la agenda de desarrollo acordada en Doha, con un énfasis especial en la apertura de los mercados. La Unión Europea es de hecho el principal mercado para la exportación para los países en vias de desarrollo y ofrece generosas preferencias comerciales. Además, la UE ha marcado el camino adecuado con la iniciativa “Todo Menos Armas”, que concede acceso sin arancel ni contingente a las exportaciones de los Países Menos Avanzados.

La Unión Europea aumentará su asistencia para fortalecer la capacidad a largo plazo relacionada con el comercio, la capacidad productiva y las medidas que intenten superar las limitaciones de la oferta en los países en desarrollo. La UE facilitará inmediatamente asistencia técnica para mejorar la capacidad de negociación de los países en desarrollo en las negociaciones comerciales, incluyendo sus compromisos asumidos en la Conferencia de la OMC sobre Promesas de Contribuciones de Ginebra del 11 de marzo de 2000 que alcanzan el 60% de la cantidad total comprometida en 2002.

Seguiremos trabajando en el proceso de definición a nivel mundial de los bienes públicos globales más importantes, incluyendo la propuesta de establecimiento de una unidad especial al efecto. Suficientes recursos financieros deben ser dedicados a los Bienes Públicos Globales. Ello es coherente con la Ayuda Oficial al Desarrollo convencional. Fondos específicos, como el reciente Fondo Global para la Salud pueden ser instrumentos válidos para canalizar recursos privados, bilaterales y multilaterales.
La Unión se esforzará en influir en la reforma del sistema financiero internacional luchando contra los abusos de la globalización financiera, fortaleciendo la voz de los países en vías de desarrollo en la toma de decisiones económicas a nivel internacional y, respetando sus respectivas funciones, mejorar la coherencia entre la ONU, las instituciones financieras internacionales y la OMC.

Finalmente, la Unión proseguirá sus esfuerzos para garantizar la sostenibilidad de la deuda en el contexto de la renovada iniciativa HIPIC, para que los países en desarrollo, en especial los más pobres, puedan seguir creciendo y desarrollándose sin los límites derivados de una deuda insostenible. Entendemos, sin embargo, que es preciso agilizar los procedimientos y acortar los plazos dada la difícil situación de los países elegibles.

Señor Presidente

Estos compromisos son expresión de la voluntad de implicación que la Unión Europea tiene y tendrá en la mejora de las condiciones de vida de amplios sectores del planeta.

No quisiera finalizar esta intervención sin agradecer al Gobierno y pueblo de México su siempre cálida hospitalidad. Asimismo, deseo agradecer al Presidente Vicente Fox la iniciativa de ofrecer la sede para la celebración de esta Conferencia. Nos encontramos en un país especialmente propicio para entender los retos, las dificultades, las oportunidades y las esperanzas de la lucha por conseguir el desarrollo en su pleno sentido.

Mi agradecimiento también a Naciones Unidas y a su Secretario General por haber convocado esta Conferencia, que no es un punto de llegada sino un punto de partida. Quedan muchos y difíciles esfuerzos por realizar, pero hemos recibido un mandato que debemos cumplir y es nuestro propio futuro el que está en juego. 

Muchas gracias



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