La iniciativa “Energía Sostenible para Todos” constituye un llamamiento a la revolución y a la reforma: un planteamiento radical que contempla que todas las personas puedan acceder a las fuentes de energía fiable que necesitan para llevar una vida segura, saludable y productiva y que puedan sufragarlas, asumiendo a la vez las limitaciones del planeta a las que todos nos enfrentamos como consecuencia del cambio climático.

La buena noticia es que este objetivo está verdaderamente a nuestro alcance. Por primera vez, hemos definido un Objetivo de Desarrollo relativo a la energía, acordado de forma unánime por la comunidad internacional en septiembre de 2015, cuya formulación reza lo siguiente: “garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos”.

El Objetivo 7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus cinco metas correspondientes constituyen el núcleo central de los 17 ODS. Si no cumplimos el Objetivo relativo a la energía, será extremadamente difícil proporcionar acceso a una atención sanitaria o a una educación de calidad, conseguir la igualdad de género, generar empleo y crecimiento, garantizar un consumo sostenible o luchar de forma efectiva contra el cambio climático que amenaza con socavar el logro de todos los objetivos. El ODS 7 es fundamental para prácticamente todos los aspectos del desarrollo y, por esa razón, el éxito en su consecución deberá concentrarse en las fases iniciales; necesitamos alcanzar sus metas mucho antes de 2030 para garantizar las condiciones que permitan progresar en el logro de otros objetivos.

La proximidad de la XXI Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en París en 2015, acentúa esta urgencia. La celebración de dicha XXI Conferencia de las Partes llega muy poco después de la aprobación de los ODS, lo que pone a prueba el compromiso político manifestado en la cumbre de las Naciones Unidas para la aprobación de la agenda para el desarrollo después de 2015. Tan solo tres meses después, ¿podremos ser coherentes en París con el planteamiento que suscribimos en Nueva York? Este hecho es otro recordatorio de lo que el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, afirmó en septiembre: somos la primera generación que tiene la oportunidad de erradicar la pobreza de verdad y la última generación que tiene la oportunidad de luchar contra el cambio climático.

El reto

La ciencia se muestra inequívoca al respecto y, por tanto, nuestra tarea está clara: diseñar un modelo de crecimiento sin carbono. Cualquiera que sea el acuerdo que se alcance en París, simplemente no será posible llevarlo a cabo sin una revolución de nuestro modelo de suministro energético y las reformas necesarias para ponerlo en práctica. Ya hemos visto que las contribuciones previstas determinadas a nivel nacional que los países están presentando a las Naciones Unidas abordan los cambios significativos en materia de generación de energía necesarios para cumplir el objetivo colectivo de reducir las emisiones y garantizar el crecimiento y la competitividad.

Por tanto, conseguir el acceso para todos no es ciencia ficción, y en ello consiste la iniciativa “Energía Sostenible para Todos”. Las medidas que deben emprenderse para ayudar a las personas y comunidades pobres y vulnerables a conseguir la energía que necesitan, acelerando, a su vez, la transición mundial a modelos de cero emisiones netas de carbono antes de finales de siglo, tal y como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha indicado que es preciso hacer, se articulan en torno a los tres objetivos de la iniciativa “Energía Sostenible para Todos”. Estas metas (acceso universal a la energía, junto con otros logros importantes en materia de eficiencia energética y energía renovable) se reflejan en el ODS 7.

La plataforma

La iniciativa “Energía Sostenible para Todos” es una plataforma excepcional constituida por asociados de los Estados Miembros representativos de todas las regiones y todas las fases de desarrollo, entre los cuales se incluyen desde iniciativas innovadoras que proporcionan dispositivos solares no conectados a la red eléctrica a mujeres de las zonas rurales de África Occidental hasta las compañías de gas y petróleo más grandes del mundo. Se trata de un concepto integrador en el que tienen cabida el sector público, el sector privado y la sociedad civil en igualdad de condiciones: servicios públicos y organismos reguladores, agentes innovadores y emprendedores, instituciones multilaterales de gran tamaño y organizaciones no gubernamentales de base.

La iniciativa “Energía Sostenible para Todos” busca espacios en el debate sobre la energía que permitan recabar datos, pruebas empíricas, buena voluntad, capacidad operativa, financiación y colaboración para catalizar una acción más rápida. El planteamiento de “Energía Sostenible para Todos” no es duplicar la labor de nuestros asociados, sino impulsarla para poder acelerar la aplicación de sus objetivos.

El viaje emprendido

La iniciativa mencionada constituye un movimiento en favor del cambio que comenzó hace algunos años, cuando se canalizó la decepción por la falta de un Objetivo de Desarrollo del Milenio sobre la energía hacia un impulso educativo positivo orientado a la comunidad de agentes de desarrollo centrado en la pregunta de por qué la energía es fundamental y por qué debe ser más limpia. A raíz de este proceso, se estableció el concepto de “coalición de trabajo”. Los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y otras alianzas se pusieron manos a la obra y se comprometieron a actuar.

Ello dio lugar posteriormente a la iniciativa “Energía Sostenible para Todos” y a sus objetivos, así como a la proclamación del Decenio de las Naciones Unidas de la Energía Sostenible para Todos (2014-2014). Para cuando el proceso de los ODS había madurado hasta el punto de que el mundo ya estaba debatiendo sobre la definición de aquellos, esta notable coalición de trabajo ya había realizado una gran parte de la reflexión necesaria para respaldar dicha labor. Conjuntamente con sus asociados, la iniciativa “Energía Sostenible para Todos” logró poner sobre la mesa una propuesta sólida, bien madurada y aceptada por numerosas partes.

Dicha iniciativa se vio beneficiada por la colaboración de líderes visionarios procedentes del sector privado y de todo el sistema de las Naciones Unidas, así como de los gobiernos, la sociedad civil y las entidades filantrópicas, cuya actitud positiva imaginó un futuro más brillante a través de la solución de la crisis energética. Esa perspectiva y esa creatividad es lo que ahora queremos aportar a la fase de ejecución posterior a 2015, junto con una comprensión clara de que el ODS 7 es un Objetivo al que se debe imprimir un verdadero carácter de urgencia.

A veces, existe la idea equivocada de que los tres objetivos de la iniciativa “Energía Sostenible para Todos” son tres objetivos independientes en materia de acceso, eficiencia y energías renovables. La oportunidad de lanzar al mercado dispositivos asequibles, deseados y extremadamente eficientes puede aumentar considerablemente la eficiencia y ampliar, a la vez, el acceso. Si a continuación conectamos esos dispositivos extremadamente eficientes a baterías y células fotovoltaicas, no solo proporcionaremos luz a las personas que viven sin conexión a la red eléctrica, sino que les brindaremos la oportunidad de cargar teléfonos, accionar ventiladores, ver la televisión y suministrar electricidad a cocinas de inducción, lo que permitirá fomentar condiciones de vida más sanas y seguras, mejor fundamentadas y más productivas desde el punto de vista económico.

Desde un planteamiento austero, las redes de electricidad más limpias, modernas y eficientes no solo promueven la disponibilidad de la energía fiable necesaria para el desarrollo, sino que pueden salvar millones de vidas que, de otro modo, se perderían cada año como consecuencia de la contaminación atmosférica. La modernización de los servicios públicos para gestionar sistemas energéticos que reflejen la innovación tecnológica, así como la explotación de otras innovaciones, desde la utilización del dinero móvil a la mejora de los sistemas de tarificación y subvención, las redes de seguridad social y los servicios de apoyo social, sitúan el logro del ODS 7 a nuestro alcance. El grado de innovación de los mercados y la velocidad a la que se están logrando progresos en algunos aspectos del sistema energético son extraordinarios.

Además de apoyar la innovación, necesitamos fomentar las reformas. Existen problemas regulatorios e institucionales arraigados y persistentemente difíciles en lo relativo a la forma en que hemos generado, distribuido y pagado la electricidad y la energía en el pasado, los cuales es preciso superar. Será necesario crear grupos políticos de interesados en torno a nuevos tipos de instituciones, así como nuevas formas de regulación, nuevas tecnologías y nuevos mercados que hace diez años no podíamos ni imaginar.

Comunicación

Entre las funciones de la iniciativa “Energía Sostenible para Todos” figura el ilustrar que el acceso, la eficiencia y las energías renovables son aspectos vinculados entre sí, así como el modo en que estos se relacionan con otros de los retos del desarrollo en un mundo condicionado por el cambio climático y la posibilidad de cumplir con éxito el ODS 7 mucho antes de 2030.

Otra de sus funciones importantes es comunicar con claridad y autoridad la manera en que se están llevando a cabo los progresos, tanto lo que está funcionando (por qué, cómo y dónde) como lo que no está funcionando. La elaboración del Marco de Seguimiento Mundial de la iniciativa, fruto de la colaboración de más de 20 de nuestros asociados, constituye una labor fundamental. Dicho Marco no solo permite a los participantes en la iniciativa “Energía Sostenible para Todos” mirarse al espejo cada dos años para valorar sus progresos, sino que también constituirá una aportación esencial para el seguimiento de los ODS en general.

Nuestra intención es que esta iniciativa siga siendo un espacio seguro donde se puedan plantear cuestiones difíciles. Si hay cosas que deban hacerse y no se estén haciendo, será en “Energía Sostenible para Todos” donde nos preguntemos por qué, y quizás será en este mismo espacio donde iniciemos el trabajo encaminado a intentar superar los problemas. Algunos de los obstáculos en la aplicación de los tres objetivos mencionados radican en aspectos de la regulación, enfoques económicos y el modo en que funcionan o no los mecanismos de financiación. “Energía Sostenible para Todos” deberá asumir su función de colaborar con el resto del mundo para estudiar la posibilidad de hallar una solución al problema energético, aun cuando los obstáculos al respecto se encuentren fuera de la esfera energética.

En virtud de mi nombramiento como Directora General de la iniciativa, me encargo de escuchar a nuestros asociados, de preguntarles qué necesitan o no necesitan que hagamos y de buscar ámbitos donde “Energía Sostenible para Todos” pueda aportar un valor añadido. Nuestra función es actuar como mecanismo catalizador y exigir que se preste atención a los aspectos que más importan. Debemos seleccionar nuestro enfoque atendiendo en buena medida a cuestiones estratégicas y acudir allí donde nuestros asociados más nos necesiten.

Como Representante Especial del Secretario General, también tengo la responsabilidad de demostrar que la energía está relacionada con otros problemas y sus soluciones, así como de aportar los conocimientos y datos procedentes del sector energético a los debates al respecto. Es un verdadero honor para mí haber sido elegida para ocupar ambos cargos y, en realidad, mi trabajo consiste en aprovechar la visibilidad que los acompaña para lograr el máximo efecto en términos de mantener la atención política, los medios financieros y la capacidad técnica centrados en resolver los problemas prioritarios.

El hecho de que se haya tomado la decisión de institucionalizar la iniciativa “Energía Sostenible para Todos” en los próximos meses, con el fin de que pase de ser una iniciativa del Secretario General a convertirse en una organización internacional sin fines de lucro estrechamente vinculada a las Naciones Unidas, refleja la preocupación profunda y permanente de sus asociados por la necesidad de contar con una entidad sencilla y especializada que respalde la aplicación de los objetivos de la iniciativa. Su creación constituye una innovación, cuyo éxito redunda en el interés de los Estados Miembros.

El que sus objetivos coincidan con la definición del ODS 7 indica que existe una relación estrecha entre dicho Objetivo y la iniciativa “Energía Sostenible para Todos”. “Energía Sostenible para Todos” dispondrá de un acuerdo de relación con las Naciones Unidas, y su Junta Consultiva seguirá estando presidida conjuntamente por el Secretario General y el Presidente del Grupo Banco Mundial. Como Representante Especial y Directora General de “Energía Sostenible para Todos”, espero poder desempeñar un papel de coordinación eficaz dentro del sistema de las Naciones Unidas con el fin de garantizar la energía sostenible para todos.

Asimismo, en mi calidad de Representante Especial del Secretario General, trabajaré para asegurar que los Estados Miembros sean plenamente conscientes de la situación actual en relación con el logro del objetivo de energía sostenible y que puedan orientar nuestras actividades. Creo que nos encontramos ante una oportunidad sin precedentes para ejercer una labor de liderazgo e innovación con la colaboración de asociados externos a las Naciones Unidas y para integrar todas las enseñanzas extraídas de dicha colaboración dentro del sistema de las Naciones Unidas, respetando a la vez la responsabilidad y la obligación de rendición de cuentas asumidas por los Estados Miembros con respecto a la aplicación de los ODS.

En un campo en el que la innovación será tan decisiva para la obtención de resultados satisfactorios, la iniciativa “Energía Sostenible para Todos” constituye en sí misma una innovación que ofrece posibilidades excepcionalmente dinámicas. Ese dinamismo resultará esencial para lograr un Objetivo tan urgente y fundamental como el ODS 7.