Dos desminadores (un hombre y una mujer) trabajando sobre el terreno equipados para ello.

Mensaje del Secretario General para 2024

 

Las minas terrestres, las municiones explosivas y los restos de guerra representan un peligro directo para millones de personas que se ven atrapadas en conflictos armados en todo el mundo, ya sea en el Afganistán, Myanmar, el Sudán, Ucrania, Colombia o Gaza.

Incluso después de finalizados los combates, estos artefactos mortíferos siguen contaminando las comunidades durante décadas, exponen a mujeres, hombres y niños a un peligro diario y mortal, y bloquean la ayuda humanitaria y la asistencia para el desarrollo, que son vitales.

El personal de las Naciones Unidas que realiza actividades relativas a las minas colabora valientemente con sus asociados para retirar estas armas mortíferas, garantizar que las personas puedan circular en condiciones de seguridad en sus comunidades y proporcionar educación y evaluaciones de las amenazas a fin de proteger a la población y a los trabajadores humanitarios.

El lema de este año (Proteger la vida, consolidar la paz) nos recuerda la necesidad de salvaguardar a quienes corren un riesgo especial, como las personas con discapacidad.

También hago un llamamiento a los Estados Miembros para que apoyen la Estrategia de las Naciones Unidas para las Actividades relativas a las Minas y ratifiquen y apliquen plenamente la Convención sobre la Prohibición de las Minas Antipersonal, la Convención sobre Municiones en Racimo y la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales.

País por país, comunidad por comunidad, libremos al mundo de estas armas, de una vez por todas.

António Guterres

El lema de este año (Proteger la vida, consolidar la paz) nos recuerda la necesidad de salvaguardar a quienes corren un riesgo especial, como las personas con discapacidad.

António Guterres