30 de agosto de 2020

Viet Nam goza de reconocimiento mundial por ser uno de los países que mejor ha respondido a la pandemia de COVID-19. Tras las medidas implementadas entre el 23 de enero y el 16 de abril de 2020, no se registró ningún caso de transmisión local durante 99 días consecutivos, a pesar de la nueva ola de la infección que comenzó el 25 de julio y que Viet Nam está controlando correctamente. Antes del 25 de julio, había menos de 400 casos de contagios en todo el país, la mayoría de ellos de origen externo. Casi todas las personas infectadas se recuperaron y nadie falleció, un logro considerable teniendo en cuenta que el país cuenta con una población de 96 millones de habitantes y comparte 1.450 km de frontera con China.

El éxito de Viet Nam ha atraído la atención internacional por haber puesto en marcha medidas gubernamentales tempranas, proactivas y transparentes que abarcan todo el sistema político y el conjunto de la sociedad. Con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otros agentes, Viet Nam había preparado y mejorado su sistema de salud, especialmente con el fin de prevenir y detectar emergencias de salud pública, así como para prepararse y responder ante ellas, en el marco de su plan de inversión a largo plazo. El país estaba aprovechando las lecciones aprendidas de brotes previos, como el de SARS de 2003, que también se gestionó con un éxito extraordinario.

La gran gestión vietnamita del brote de COVID-19 hasta la fecha se puede atribuir en parte a las inversiones que se realizaron durante "los tiempos de paz", el periodo previo a la pandemia. El país ha demostrado ahora que la preparación para hacer frente a enfermedades infecciosas es un elemento clave de la protección de las personas y la salud pública en tiempos de pandemia, como la de la COVID-19.

Ya en enero de 2020, Viet Nam llevó a cabo su primera evaluación de riesgos justo después de que se identificara "un grupo de casos de neumonía severa de etiología desconocida" en Wuhan, China. Cuando se confirmaron los dos primeros casos de COVID-19 en Viet Nam en la segunda quincena de enero, el Gobierno comenzó a tomar medidas de precaución mediante el refuerzo de los controles de entrada y la ampliación de las vacaciones del Tết (año nuevo lunar) en los centros escolares. A 13 de febrero de 2020, el número de casos había aumentado a 16, con una transmisión local limitada detectada en un pueblo cerca de la capital, Hanoi. Dado que tenía el potencial de derivar en una mayor propagación del virus, el país impuso una cuarentena de tres semanas para todo el pueblo que afectó a 11.000 personas. Así pues, no hubo ningún caso local más durante este periodo de tiempo. La primera pequeña ola había pasado, pero el parón también fue relativamente corto.

De forma paralela, Viet Nam había desarrollado su política de cuarentena y aislamiento a nivel más amplio para controlar la COVID-19. Cuando llegó la siguiente ola a través de un caso importado de Reino Unido a principios de marzo, el Gobierno ya había situado la salud de las personas como su prioridad absoluta durante la pandemia. Era crucial para el país contener la transmisión del virus lo más rápidamente posible para proteger su economía. En febrero, Viet Nam cerró sus fronteras y suspendió los vuelos internacionales con China continental. En marzo, amplió la suspensión para incluir Reino Unido, Europa y Estados Unidos, y, después, progresivamente, el resto de países del mundo. También obligó a todos aquellos que viajaban a Viet Nam, incluidos sus propios nacionales, a pasar una cuarentena institucional obligatoria de 14 días tras su llegada. Esto ayudó a las autoridades a hacer un seguimiento de los casos importados de COVID-19 y a frenar la transmisión local, lo que podría haber derivado en una transmisión comunitaria mayor, que se logró evitar. Tanto el ejército como los gobiernos locales se movilizaron para suministrar de manera gratuita test, comida y otro tipo de servicios a todos los centros de cuarentena, que también eran gratuitos durante este periodo.

Aunque nunca se impuso un confinamiento nacional, sí se aplicaron ciertas medidas restrictivas de distanciamiento físico por todo el país. El 1 de abril de 2020, el Primer Ministro de Viet Nam, Nguyễn Xuân Phúc, promulgó una directiva nacional que imponía el distanciamiento físico durante dos semanas, ampliado después una semana más en las ciudades principales y los lugares más importantes. Se aconsejó a la gente que se quedara en casa, se pidió a las empresas que no prestaran servicios esenciales que cerraran y se limitó el transporte público. Estas medidas tuvieron resultados significativos. El último caso local se registró el 16 de abril y, a principios de mayo, tras dos semanas sin ningún caso confirmado, las escuelas y las empresas retomaron su funcionamiento y la gente pudo volver a su rutina habitual. Nuestra Green One UN House permaneció abierta durante este periodo de dos semanas, donde el Coordinador Residente, el Representante de la OMS y aproximadamente 200 funcionarios y asesores de las Naciones Unidas trabajaban para ofrecer un apoyo vital al Gobierno y a los habitantes de Viet Nam.

Cabe destacar que el pueblo vietnamita cumplió de manera excepcional las directivas y los consejos del Gobierno, en parte como resultado de una confianza construida gracias a la comunicación transparente en tiempo real del Ministerio de Sanidad y otras estrategias eficaces que se implementaron con el apoyo de la OMS y otras agencias tanto de las Naciones Unidas como externas. De hecho, este aspecto fue fundamental y el Gobierno utilizó de manera acertada y activa los medios de comunicación para emitir comunicados oportunos, claros, precisos y coherentes con actualizaciones regulares en todos los canales de comunicación.

También se emplearon otros métodos innovadores para mantener al público informado y seguro. Por ejemplo, se enviaban mensajes push regulares con actualizaciones del Ministerio de Sanidad sobre las medidas de prevención y los síntomas de la COVID-19 a través de todos los proveedores de telefonía móvil. Se lanzó una canción cuyas letras buscaban concienciar sobre la COVID-19 y el lavado de manos. La canción se hizo viral en las redes sociales con un reto de baile en TikTok iniciado por una celebridad local, Quang Dang. También se difundió a nivel mundial a través de YouTube. Con esfuerzos tanto por parte del Gobierno como de la población, Viet Nam pudo controlar la primera ola de COVID-19 en el país y, tras aplicar muchas de las mismas estrategias, esperemos que logre controlar también la ola actual.

Kamal Malhotra, Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Viet Nam. Foto: ONU en Viet Nam/Nguyen Duc Hieu.

Viet Nam ha trabajado codo con codo con la OMS, especialmente prestando apoyo técnico para la vigilancia y la evaluación de riesgos, las medidas en los puntos de entrada y de salud pública, la gestión clínica y la prevención y el control de la infección, las pruebas de laboratorio y la comunicación de riesgos.

Del mismo modo, Viet Nam ha trabajado más allá de sus fronteras para demostrar la solidaridad y la cooperación internacional y regional en la respuesta a la COVID-19. Como presidente actual de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), Viet Nam ha defendido una "ASEAN cohesiva y reactiva", presidiendo reuniones virtuales con miembros de la asociación y socios externos y proporcionando suministros médicos.

El Primer Ministro Nguyễn Xuân Phúc también dirigió la reunión virtual de ministros de Sanidad de la Región del Pacífico Occidental de la OMS (8 de abril de 2020) bajo el lema "Manteniendo la solidaridad para combatir la COVID-19" y la sesión de clausura de la septuagésimo tercera Asamblea Mundial de la Salud (18-19 de abril de 2020), en la que hizo hincapié en la solidaridad internacional y los esfuerzos concertados contra la pandemia. Por otra parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores vietnamita donó 50.000 dólares al Fondo de Respuesta Solidaria a la COVID-19 de la OMS y prestó apoyo bilateral a otros países.

Las Naciones Unidas en Viet Nam, bajo el liderazgo del Coordinador Residente y en colaboración con la OMS, sigue trabajando estrechamente con el Primer Ministro, el Comité Director Nacional de Respuesta a la COVID-19, el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Asuntos Exteriores, así como con medios de comunicación clave, como la televisión, la radio y la agencia de noticias vietnamitas, prestándoles asesoramiento técnico y directrices globales para un control oportuno y efectivo del virus.

Las Naciones Unidas en Viet Nam también publicó un informe de políticas sobre el impacto de la COVID-19 en el país en abril, en el que introduce sus perspectivas y su experiencia. Próximamente, presentará al Gobierno una evaluación del impacto socioeconómico de la COVID-19 más empírica basándose en evaluaciones rápidas realizadas sobre el terreno por las Naciones Unidas y recomendaciones para superar este difícil periodo y permitir a Viet Nam reconstruir para mejorar de manera diferente, con políticas más saludables, más inclusivas y más sostenibles.

Aun así, quedan retos por abordar para garantizar que se atiende adecuadamente a la gente de todo el país, especialmente a aquellos que trabajan en pequeñas y medianas empresas (PYMES) que se vieron tan afectados por el virus, así como a los grupos más pobres y vulnerables, mediante paquetes de protección social con los recursos adecuados e implementados de manera eficaz.

Las Naciones Unidas en Viet Nam está dispuesta a ayudar al Gobierno en el desarrollo de un sector manufacturero basado en tecnologías limpias formado por PYMES, orientado al mercado nacional e internacional, aprovechando esta situación como una oportunidad de crecimiento con más énfasis del mercado doméstico. Para permitir este desarrollo, será necesaria una cooperación efectiva con otros actores, especialmente las instituciones financieras internacionales pertinentes, que deberán actuar de manera distinta a como lo han hecho hasta ahora y apostar por perspectivas de crecimiento más inclusivas y sostenibles.

En el momento de escribir esto, Viet Nam se encontraba en un punto crítico respecto a la COVID-19. El 25 de julio de 2020, tras 99 días sin casos de transmisión local del virus, se confirmó un nuevo caso en Da Nang, un conocido destino turístico. A lo largo del verano, cientos de miles de personas han pasado por Da Nang y sus alrededores. En consecuencia, se han registrado 500 nuevos casos de transmisión local y 32 fallecimientos, todos ellos, por desgracia, de personas con patologías previas y la mayoría concentrados en un gran hospital de Da Nang. El Gobierno sigue haciendo gala de su firme compromiso con la contención de la transmisión local del virus, implementando medidas agresivas de rastreo de contactos, gestión proactiva de casos y amplias cuarentenas, así como actividades globales de comunicación pública.

Estoy seguro de que, en las próximas semanas, Viet Nam logrará volver a contener el virus. Y no son ilusiones vanas: el 30 de agosto fue el primer día sin ningún nuevo caso en Viet Nam desde el brote de julio en Da Nang. El Primer Ministro y el Gobierno estaban seguros de que el virus estaba bajo control en el país. Sin embargo, Viet Nam sigue vigilante y, con el apoyo de la OMS, el sistema más amplio de las Naciones Unidas y otras instituciones, continuará reforzando su sistema sanitario y todo lo relacionado con él para protegerse contra otra ola de COVID-19 y contra otras pandemias futuras.


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