30 de abril de 2021

Sugerí por primera vez la idea de lo que acabaría siendo el Día Internacional del Jazz (30 de abril) en 2011, poco después de ser nombrado Embajador de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para la promoción del diálogo intercultural. En estos diez años ha sido una experiencia realmente aleccionadora ver cómo el concepto pasaba rápidamente de una serie de resoluciones y declaraciones sobre el papel a un avanzado movimiento mundial en que se celebra el jazz como un vehículo de construcción de paz, cooperación internacional y entendimiento mundial. Este 30 de abril me complace y enorgullece celebrar el décimo aniversario de esta señalada fecha.

Como pianista y compositor de jazz que lleva más de sesenta años haciendo música, conozco perfectamente el poder de la música (y, en particular, del jazz) para reunir a las personas y aportar algo positivo al mundo. El Día Internacional del Jazz encarna todo lo que durante tantos años he tratado de construir mediante la música: un movimiento en que personas de todas las edades, naciones, procedencias, identidades y etnias lleguen a acordar que nuestras similitudes superan a nuestras diferencias.

Designado por la UNESCO en noviembre de 2011 y posteriormente reconocido en votación formal por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Día Internacional del Jazz destaca tanto por la rapidez como por la unanimidad con la que ha sido acogido por las partes interesadas de todo el mundo. A los pocos meses de nuestra propuesta inicial, todos y cada uno de los Estados miembros de la UNESCO votaron a favor de la iniciativa, expresando así un sincero deseo de hallar nuevas soluciones de intercambio intercultural, comprensión mutua y tolerancia entre las naciones.

Tras comenzar en 2012, las nueve celebraciones anteriores del Día Internacional del Jazz han sido grandes éxitos. Personas de más de 190 países han unido sus fuerzas cada año para celebrar el jazz como movimiento universal de paz, diálogo y unidad. Abarcando todos los puntos cardinales del mundo, el 30 de abril ha unido a la gente, al margen de las fronteras, las distancias y las diferencias, para expresar su apoyo al poder del jazz, a sus dimensiones éticas y a su capacidad de aglutinar los esfuerzos por la libertad, la democracia y el respeto mutuo.

A lo largo de los años, he sido testigo de primera fila de cómo esta música, nacida en los Estados Unidos, se ha convertido en un verdadero patrimonio cultural de todo el mundo. Esto queda especialmente de relieve en los espectaculares conciertos mundiales del Día Internacional del Jazz representados en Australia, Cuba, Francia, Japón, Rusia, Turquía y Estados Unidos. En los últimos años, estos extraordinarios conciertos han atraído a miles de asistentes y han llegado a decenas de millones de espectadores en todo el mundo a través de transmisiones gratuitas en directo. Y más significativas aún son las innumerables iniciativas educativas, de difusión comunitaria y de actuación organizadas por nuestros socios independientes en cada rincón del planeta. En el Día Internacional del Jazz, el jazz se celebra, se estudia y se toca en todo el mundo durante 24 horas seguidas. Rebosan las colaboraciones de ídolos del jazz, maestros, compositores, músicos, bailarines, escritores y pensadores que hacen suyos la belleza, el espíritu y los principios de esta música. Esta diversa red creativa comparte gratuitamente experiencias y actuaciones en nuestras grandes y pequeñas ciudades, a lo largo y ancho de los siete continentes.

Ceremonia de nombramiento del Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO Herbie Hancock en la sede de la UNESCO en París. 22 de julio de 2011. ©UNESCO/Ania Freindorf

Los aspectos de servicios educativos y comunitarios del Día Internacional del Jazz son lo que diferencia esta fecha de los múltiples conciertos y festivales de jazz que tienen lugar cada día en todo el mundo. El Día Internacional del Jazz ofrece excepcionales oportunidades de formación y promoción a personas de todas las edades, así como programas de servicios comunitarios para los colectivos vulnerables, en particular las personas sin hogar, los ancianos, los discapacitados y los enfermos graves. El Día Internacional del Jazz persigue el excepcional objetivo de promover los valores del jazz para alentar el diálogo y el entendimiento, y se hacen eco de este mensaje personas de todos los lugares del mundo. Al invitar a todos a participar y compartir su cultura con el mundo mediante el jazz, sin importar su nivel social, honramos y hacemos realidad su intrínseca dignidad e igualdad. En efecto, el Día Internacional del Jazz se ha centrado desde el principio en proporcionar una plataforma desde la cual fomentar la diversidad, erradicar la discriminación y promover la igualdad de género y la expresión individual, siempre bajo los auspicios de esta singular música.

Mientras iniciamos el largo y lento proceso de salida de la pandemia, podemos tomar ejemplo de la forma en que hemos vivido colectivamente la música durante el último año. Bajo las tristes pero necesarias restricciones de la cuarentena y distancia social, las personas de todo el mundo se han vuelto hacia la música como fuente de consuelo, sanación y conexión con sus semejantes. Desde golpear cazuelas y sartenes para expresar gratitud a los trabajadores de los hospitales hasta cantar en los balcones, pasando por la organización de conciertos virtuales con cientos de músicos situados en lugares diferentes, la música durante la pandemia se ha convertido en un símbolo imperecedero de nuestra resiliencia y determinación para superar tan difíciles tiempos. Y esto es extensivo al Día Internacional del Jazz. Ante los múltiples obstáculos con los que se han enfrentado nuestros organizadores, desde los crecientes confinamientos hasta los conflictos económicos y civiles, hemos tenido dudas acerca de la celebración de este décimo aniversario. Sin embargo, me complace informar de que el 30 de abril de 2021 volverán a celebrar el Día Internacional del Jazz personas de más de 190 países.

Si hay un lado positivo en la COVID-19, con toda la destrucción que ha traído consigo, es que muchos músicos y oyentes se han visto empujados a apreciar y hacer todo lo que está en nuestras manos, en lugar de mortificarse por lo que no podemos hacer. Animo a todo el mundo a que este 30 de abril participe como pueda en la música, especialmente en el jazz y otras músicas improvisadas. Tanto si lo practican solos en su lugar de residencia, como si convocan a sus amigos a una jam session virtual o con distancia de seguridad, ven una película sobre jazz o un concierto on line, o simplemente escuchan su disco favorito, estarán conectando con una familia mundial de dimensiones increíbles. Se quedarán asombrados de lo bien que se van a sentir.

¡Feliz Día Internacional del Jazz!

 

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