Hoy en día, nuestro mundo alberga la población juvenil más grande de la historia. Actualmente hay 1.800 millones de personas en todo el planeta con edades entre 10 y 24 años, y se espera que este número crezca. Durante los próximos 13 años, casi 2.000 millones de personas formarán parte de la cohorte de jóvenes del mundo. En la mayoría de los países en desarrollo, los niños y adolescentes ya constituyen la mayoría de la población. 

Este dividendo demográfico representa la fuerza más valiosa que tenemos para dar forma a un mundo mejor para todos y nos brinda una oportunidad sin igual de avanzar rápidamente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Habida cuenta de estas importantes cifras, será fundamental involucrar a los 1.800 millones de jóvenes del mundo para construir el planeta sostenible que queremos. Después de todo, la vida de cada joven estará determinada por nuestro éxito en la consecución de los ODS.

Pero lejos de limitarse a construir solo un futuro mejor con más oportunidades para todos, los jóvenes ya están liderando el cambio en el mundo actual, fomentando el desarrollo sostenible y abriendo caminos hacia nuevas posibilidades de compromiso y conectividad en todo el planeta.

Nuestra generación de jóvenes no solo es la más grande, sino también la más conectada de la historia. En todo el mundo, los jóvenes prácticamente doblan las conexiones a la red de la gran mayoría de la población. En los países desarrollados, el uso de Internet por parte de los jóvenes es casi universal, y en los países menos adelantados tienen tres veces más probabilidades de conectarse que la población general. Como son la generación más conectada de la historia, están en una posición única para movilizar su fuerza colectiva en favor de la consecución de los ODS, el establecimiento del diálogo y la creación de alianzas entre países y todos los sectores de la vida social, desde la política hasta las empresas, el mundo académico y la sociedad civil.

Al reunir a personas de diferentes orígenes, Internet y los medios sociales se están convirtiendo en instrumentos fundamentales gracias a las oportunidades que brindan en cuanto a conectividad y alcance. Dado que los jóvenes están a la vanguardia del uso de la tecnología, son la generación mejor dotada y nuestro mejor activo para dirigir esta tarea y promover la ciudadanía mundial en todo el mundo.

En el ámbito de Internet, los jóvenes también son el grupo de edad que usa los medios sociales con mayor frecuencia. En general, es más probable que se conecten a redes sociales que las personas de 35 años o más. Esta brecha de edad se aprecia tanto en países en desarrollo como en países desarrollados. Por ejemplo, el 79% de los jóvenes usuarios de Internet en Alemania utilizan los medios sociales, mientras que solo el 39% de los usuarios de más edad del país lo hace. La diferencia entre los usuarios más jóvenes y mayores es similar en otros países, como Viet Nam (el 86% frente al 49%) y el Japón (el 78% frente al 43%).   

En promedio, más del 80% de los jóvenes usuarios de Internet son activos en los medios sociales. Los análisis sugieren que dos de las razones principales por las cuales los jóvenes entran en las plataformas de medios sociales son establecer redes con otras personas y conocer gente nueva, lo que coloca a los jóvenes en una posición única para relacionarse con personas de diversos orígenes y países.

Además de establecer redes con gente como ellos, los jóvenes tienen ahora más oportunidades de conectar con líderes nacionales y mundiales en Internet y los medios sociales en particular, y participan activamente en conversaciones con representantes gubernamentales y encargados de formular políticas. Este es un importante avance para garantizar que los jóvenes participen en los procesos de toma de decisiones. Aunque tenemos la generación juvenil más grande y conectada de la historia, es lamentable que el 73% de los países todavía impidan a los jóvenes postularse para las cámaras parlamentarias. Las personas menores de 30 años constituyen menos del 2% de los parlamentarios del mundo.

En un mundo conectado en gran medida en red a través de plataformas en línea, los jóvenes están liderando la creación de mecanismos para hacer que los Gobiernos rindan cuentas. A través de los medios sociales, cada vez es más fácil informar sobre el progreso de los Gobiernos en el logro de los ODS y la construcción de una sociedad mejor para todos. Esto también puede ayudarnos a rastrear datos y revelar historias que de otro modo podrían pasarse por alto en los informes nacionales.

Hacer que los Gobiernos rindan cuentas a través de los medios sociales es un mecanismo importante que permite a los jóvenes involucrarse en los procesos de toma de decisiones, y es una de las muchas iniciativas impulsadas por jóvenes que existen en todo el mundo.

Como Enviada del Secretario General para la Juventud, he tenido la oportunidad de conocer de primera mano las grandes iniciativas y proyectos en todas las esferas que los jóvenes están llevando a cabo para cambiar las cosas tanto en sus comunidades locales como a nivel mundial, así como para fomentar el desarrollo sostenible. Si estos esfuerzos tienen como objetivo acabar con la pobreza, combatir el cambio climático, reducir las desigualdades o promover el espíritu emprendedor, Internet y los medios sociales han brindado a los jóvenes la oportunidad de presentar estos proyectos a una escala que habría sido difícil imaginar en la era previa a Internet.

Sin embargo, no debemos olvidar que la tecnología, aunque sea muy útil y, a menudo, fundamental, es solo una herramienta que mejora la iniciativa y el potencial de los jóvenes. Las realidades demográficas y de desarrollo convierten a los jóvenes en la generación de nuestro tiempo, una generación que tiene una energía inagotable, produce nuevas ideas y posee un refrescante optimismo.

Hoy en día, los jóvenes están conformando el futuro económico y social de sus respectivos países, cambiando el mundo y trabajando arduamente para promover la ciudadanía mundial y sociedades más conectadas. Por esta razón, es crucial que su potencial no pase desapercibido. Como siempre digo, no hay mejor negocio que invertir en las capacidades y el potencial de los jóvenes, y no hay mejor batalla que luchar por el mundo que queremos.