30 diciembre 2011

Cuando en vísperas del comienzo del segundo mandato del Secretario General Ban Ki-moon, Crónica ONU pidió a la Asociación de ex Funcionarios Públicos Internacionales (AFICS/NY) que preparara un artículo para un número dedicado a lo que las Naciones Unidas podrían hacer en los cinco próximos años, a partir de los logros y las experiencias del pasado, no hubo vacilación alguna por parte nuestra. Incluso si a primera vista cabría pensar que los jubilados no son los interlocutores más obvios para aportar ideas sobre el fortalecimiento de las Naciones Unidas, la propia razón de ser de la AFICS/NY contradice esta idea.

La Asociación fue establecida en 1970 por un grupo de funcionarios activos y jubilados, con un fuerte apoyo del Secretario General de las Naciones Unidas U Thant. En el momento de su fundación, AFICS/NY se trazó varios objetivos, pero entre ellos el primordial era apoyar y promover los propósitos, principios y programas del sistema de las Naciones Unidas. Posteriormente todos los Secretarios Generales, junto con los Presidentes de la Asamblea General, continuaron apoyando firmemente a AFICS/ NY y han hecho uso de la palabra en sus reuniones personalmente o por conducto de un representante enviado a ese efecto. En un mensaje a la Asamblea Anual de 2008 de la AFICS, el Secretario General Ban Ki-moon dijo a los jubilados: "Para nosotros, ustedes son exfuncionarios públicos internacionales en los papeles solamente; en la práctica siguen siendo valiosos miembros del sistema de las Naciones Unidas." Al año siguiente, el Presidente de la Asamblea General Miguel d'Escoto Brockmann dijo a la Asamblea Anual de AFICS/NY: "Creo que los funcionarios que se han jubilado de las Naciones Unidas deben seguir siendo valiosos recursos y promotores de su labor en curso. La AFICS es fundamental para garantizar que continúe su participación."

AFICS/NY está integrada mayormente por jubilados que concluyeron sus servicios para las Naciones Unidas y aparentemente tienen poca o ninguna posibilidad de influir en el futuro de la Organización; sin embargo, sus miembros fueron funcionarios públicos internacionales que cumplieron mandatos legislativos, formularon propuestas de opciones normativas, realizaron investigaciones, intervinieron en negociaciones y prepararon directrices para innumerables programas y proyectos. Muchos se desempeñaron a los más altos niveles y siguen siendo un componente vital de la comunidad internacional al seguir prestando servicios como consultores, asesores y promotores. Desde luego, AFICS/NY también realiza otras actividades, como las de asesoramiento y asistencia a sus miembros en diversas cuestiones, especialmente las relacionadas con las pensiones y el seguro médico. AFICS/NY también trata de fomentar las relaciones sociales y personales, y, con su sola presencia, facilitar la continuación del vínculo con la labor de una Organización que tuvo efectos tan profundos en las vidas de sus miembros.

Actualmente ¿qué tiene que ver todo esto con la manera en que el Secretario General puede fortalecer la Organización, y cómo puede la experiencia colectiva de una asociación pequeña como AFICS/NY ayudarlo a determinar y alcanzar objetivos futuros?

Los jubilados de las Naciones Unidas, con sus pensiones y su seguro médico después de la separación del servicio, comprenden que constituyen una minoría privilegiada en el contexto de una población mundial que envejece. No obstante, su experiencia como ciudadanos del mundo también los hace conscientes de que tienen el deber de defender los derechos de las personas de edad de todo el mundo, que en su mayoría son mucho menos favorecidas. Si AFICS/NY tiene un papel que desempeñar en la determinación del programa futuro de las Naciones Unidas, no es en la arena política, sino en una esfera que le es mucho más cercana y se relaciona con su competencia básica: apoyar las necesidades y los derechos de las personas de edad.

Según informes recientes de las Naciones Unidas, actualmente una de cada 10 personas tiene 60 años o más; en 2050 esa relación pasará a una de cada 5, y las personas de edad serán más numerosas que los menores de 14 años. A comienzos del segundo decenio del siglo XXI, el número de personas de 60 años o más crece con tal rapidez que se prevé un aumento de 30%, así como que al final de decenio llegue a 1.000 millones, y quizás a 1.000 millones más a mediados del siglo. Aunque la mayor parte de este aumento tendrá lugar en países en desarrollo, estamos en presencia de una aceleración sin precedentes del crecimiento de la población de más edad en todo el mundo. Con todo, a pesar de estos impresionantes cambios demográficos, las personas de más de 60 años permanecen en gran medida invisibles a nivel mundial; no se presta suficiente atención concreta a sus problemas particulares, y los instrumentos vigentes sobre derechos humanos, discriminación y violencia no hacen referencia a las personas de edad como tales. Puede decirse que la mayoría de las personas de edad sufren exclusión social en todas sus formas. Se suelen pasar por alto las modalidades de asistencia para esas personas en favor de programas dirigidos a otros grupos demográficos, como los jóvenes. Si bien es normal que las sociedades inviertan en los jóvenes, a quienes tradicionalmente se considera el futuro, al vivir más tiempo y crecer en número las personas de edad también forman parte de ese mismo futuro, un futuro que debe respetarlas y velar por ellas.

Hace tiempo que la cuestión del envejecimiento figura en el programa de las Naciones Unidas. La primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento se celebró en Viena en 1982, pero transcurrieron dos decenios antes de que se celebrara la segunda Asamblea Mundial en Madrid, en 2002. En términos generales, un intervalo de 20 años para un tema como el envejecimiento pudiera no parecer irrazonable. Sin embargo, ya transcurrió otro decenio desde la celebración de la Asamblea de Madrid y aún no se ha hecho efectiva la aplicación del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, aprobado en 2002, en cuya agenda hay muchos asuntos por determinar. Las tres esferas prioritarias enunciadas en el Plan de acción son: las personas de edad y el desarrollo; el fomento de la salud y el bienestar en la vejez; y creación de un entorno propicio y favorable.

AFICS/NY estima que debe asignarse más prioridad a los derechos humanos de las personas de edad y a las medidas encaminadas a garantizar que puedan contribuir al proceso de desarrollo de su país, y beneficiarse de este, en la mayor medida posible. Consideramos positivo el establecimiento reciente por la Asamblea General de un Grupo de trabajo de composición abierta sobre el envejecimiento con miras a fortalecer la protección de los derechos humanos de las personas de edad. Los resultados que surjan de ese foro podrían reforzar y ampliar las medidas adoptadas por los gobiernos, la sociedad civil y el sistema de las Naciones Unidas para aplicar el Plan de Acción Internacional de Madrid.

El 1 de octubre de 2011, AFICS/NY se sintió alentada por las observaciones del Secretario General formuladas en ocasión del Día Internacional de las Personas de Edad, en las que subrayó que las personas de edad aún son excluidas en gran medida de los programas de desarrollo más amplios de alcance mundial, regional y nacional, y que las necesidades y las contribuciones de esas personas deben constituir una parte más importante del diálogo sobre el desarrollo. Indicó además la necesidad de vigilar el presente entorno fiscal, a fin de que no perjudique la provisión de protección social, atención a largo plazo y acceso a la salud pública de las personas de edad. Si bien comprendemos que existen intereses opuestos y ampliamente divergentes, y acaso temas más atractivos en el programa de las Naciones Unidas que dificultan que una cuestión como el envejecimiento atraiga verdadera atención, esperamos que estos temas revistan más prioridad para el Secretario General y para la Organización durante el segundo mandato del Sr. Ban.

Los debates celebrados recientemente bajo los auspicios del Grupo de trabajo de composición abierta sobre el envejecimiento demuestran claramente que la discriminación relacionada con la edad sigue siendo un problema grave en muchos países respecto del empleo, el acceso a la atención de la salud, la protección jurídica y social y la seguridad social, entre otros aspectos. Para las mujeres de edad, en particular, existe un alto riesgo de sufrir violencia, abandono y pobreza. AFICS/NY apoya las opiniones expresadas en el Grupo de trabajo por algunas delegaciones y representantes de organizaciones no gubernamentales en el sentido de que los instrumentos internacionales existentes, si bien son aplicables a las personas de edad, no les han ofrecido una protección, visibilidad y especificidad adecuadas, y que las singulares barreras y los retos específicos que enfrentan las personas de edad merecen una atención específica. El actual sistema ha dado lugar a la fragmentación y no ha proporcionado un enfoque sistemático ni cauces claros para la supervisión. AFICS/NY acoge con agrado la continuación del diálogo con el Grupo de composición abierta sobre el envejecimiento, que tiene por objeto crear enfoques eficaces para reducir estas brechas en la protección y supervisar los progresos en este sentido.

Una manera de superar la discriminación basada en la edad es mediante una convención de derechos humanos de carácter vinculante. A nivel internacional, no existe un régimen de protección específico para los derechos humanos de las personas de edad. Además, como ya se ha señalado, las modalidades existentes, que se derivan de un enfoque fragmentado, no abordan adecuadamente sus necesidades específicas. Las organizaciones no gubernamentales y otras partes interesadas consideran que ha llegado el momento de establecer una nueva convención internacional que proteja los derechos humanos de las personas de edad. El Secretario General podría desempeñar un papel decisivo en el establecimiento de esa convención.

AFICS/NY desearía ver una población cada vez mayor de personad de edad dedicadas a un envejecimiento productivo, con acceso a un sistema de atención de la salud apropiado que incluya más médicos especializados en geriatría. Es preciso apartar las mentalidades de un enfoque de bienestar social -existe la tendencia de ver el envejecimiento como un problema económico o de bienestar social- y centrarlas en otro que forme parte de los programas de desarrollo. En breve las Naciones Unidas se verán frente a los desafíos relacionados con los Objetivos de Desarrollo del Milenio que queden después de 2015. Exhortamos al Secretario General a formular un programa posterior a 2015 en el que se consideren con más atención los problemas de la población que envejece, y a que ejerza su influencia para garantizar que los problemas del envejecimiento se incluyan en los planes generales, especialmente en los países en desarrollo. Actualmente se presta poca o ninguna atención a proyectos para las personas de edad sobre el terreno. El Secretario General podría hacer valer la autoridad de su cargo con miras a garantizar que las Naciones Unidas fueran un catalizador del establecimiento de programas para personas de edad a nivel de terreno.

Es posible lograr casi cualquier objetivo cuando hay apoyo de las instancias más altas. AFICS/NY desearía que el Secretario General hiciera cuanto estuviera a su alcance para promover el programa relativo al envejecimiento a fin de garantizar que en 2012, diez años después de Madrid, se vieran resultados tangibles, o estuvieran a punto de lograrse. Exhortamos al Secretario General a que preste su voz y su autoridad moral a la cuestión de los derechos humanos de las personas de edad, y a que la considere una alta prioridad durante su segundo mandato. AFICS/NY permanece dispuesta a asistir al Secretario General en este empeño.

 

La Crónica ONU  no constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, así como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los artículos no implican necesariamente un apoyo o una aceptación por parte de las Naciones Unidas.