Mientras la pandemia de COVID-19 se extiende por la mayoría de los países de América Latina, los Gobiernos tienen aún una pequeña oportunidad para ralentizar la propagación del virus, reducir el impacto en los sistemas sanitarios y salvar vidas. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), el organismo especializado de las Naciones Unidas en la región, advierte de la situación y hace un llamamiento a la acción inmediata.

En una rueda de prensa celebrada el 31 de marzo, Carrisa Etienne, Directora de la OPS, instó a que se adoptaran medidas urgentes y a preparar los hospitales y las instalaciones sanitarias para lo que se avecina: una afluencia masiva de pacientes de COVID-19 que requerirán espacio, camas, personal sanitario y equipamiento médico. "Este virus no ha sido ni será detenido por fronteras dibujadas en mapas", afirmó la Sra. Etienne.

La OPS colabora con los países latinoamericanos en la protección del personal sanitario, impartiendo cursos de capacitación sobre cómo evitar las infecciones y procurar equipos de protección individual. Es fundamental que los Gobiernos decidan qué medidas de distanciamiento social son necesarias aplicar y por cuánto tiempo. Es la única manera de evitar que los hospitales se vean desbordados con pacientes de COVID-19 en un plazo de tiempo muy breve. Basándose en la experiencia de países de otras regiones, la Sra. Etienne destacó que "lo prudente sería planificar la aplicación de estas medidas durante, por lo menos, dos o tres meses".

"No será fácil, y sabemos que le pediremos a la gente que se adapte a una situación extraordinaria que afecta a todos los aspectos de sus vidas. Pero permítanme que insista en que esta pandemia es grave, y tenemos que hacer todo lo que podamos para mitigar el impacto del COVID-19 en nuestras gentes", añadió la Sra. Etienne.

La Directora de la OPS destacó la solidaridad de la región y la necesidad de seguir compartiendo recursos, conocimientos y decisiones conjuntas para facilitar el acceso de la población a los servicios de salud, la investigación y la innovación. También resaltó que la OPS seguirá facilitando la colaboración entre los países y trabajando intensamente con los Estados Miembros, especialmente con los que tienen los sistemas sanitarios más débiles, para reforzar la vigilancia y la detección temprana de casos, y garantizar la preparación de los servicios de salud.

Mapa con datos acerca de la propagación del brote en las Américas

"La solidaridad en nuestra región nunca ha tenido un significado más profundo que el que tiene hoy en día", dijo. "La única forma de salir de esta situación será si cada uno hace su parte, a la vez que apoya a los demás".

A 31 de marzo, según los datos actualizados diariamente de la OMS, se han registrado 4256 casos confirmados en Brasil, 2449 en Chile, 1962 en Ecuador, 993 en México, 989 en Panamá, 901 en la República Dominicana, 852 en Perú, 820 en Argentina, 702 en Colombia y 301 en Costa Rica.

Las cinco causas del impacto económico

En un artículo de opinión publicado el 31 de marzo, Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dijo que hace tan solo unos meses, y después de haber terminado el año 2019 con un crecimiento en la región de apenas un 0,1%, la CEPAL estimaba que en 2020 se produciría un modesto repunte y que la tasa de crecimiento alcanzaría el 1,3% del producto interior bruto (PIB).  Ahora, considerando los efectos del COVID-19, una estimación conservadora muestra que este año experimentará un crecimiento negativo del -1,8%.

La región de América Latina y el Caribe se verá afectada por cinco razones externas principales: la disminución de la actividad económica de los principales socios comerciales, especialmente China; la caída de los precios de los productos básicos; la interrupción de las cadenas de valor mundiales y regionales; la fuerte caída de la demanda de servicios turísticos, que afecta principalmente al Caribe; y, por último, el aumento de la aversión al riesgo, el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales y la salida de capitales de la región, con la consiguiente devaluación de las monedas.

Dos mujeres y dos hombres apilando cajas con la etiqueta de OPS

Los efectos que esta crisis tendrá sobre los principales socios comerciales presagian una disminución del valor de las exportaciones de la región que podría llegar al -10,7%. El número de pobres pasaría de los 186 millones actuales a 220 millones en 2020, y el número de personas que viven en la pobreza extrema pasaría de 67,5 millones a 90,8 millones.

Los equipos de la ONU en los países

Los equipos de las Naciones Unidas en los países se apresuran a intensificar su apoyo a los Gobiernos para reforzar la capacidad de los servicios sanitarios en cada país de la región, lo que será crucial en las próximas semanas.

En Bolivia, el apoyo de las Naciones Unidas se centra en la capacitación técnica del sector de la salud pública, la adquisición de equipamientos y materiales sanitarios, y la difusión de las medidas de prevención y cuidados. El equipo de las Naciones Unidas y el Gobierno establecieron una Sala para la Coordinación Estratégica, que funciona las 24 horas, para reunir y analizar datos con el fin de actuar de manera eficaz.  Por su parte, el equipo humanitario en el país, que cuenta con más de 30 organizaciones de cooperación y de la sociedad civil y está dirigido por el Coordinador Residente, se centra en las cuestiones de vivienda, seguridad alimentaria, educación, protección, comunicación, en apoyo del plan del Gobierno.

En Guatemala, las Naciones Unidas, bajo la dirección de la OPS/OMS, han prestado apoyo al Gobierno desde mediados de enero para preparar y atender las necesidades sanitarias inmediatas, así como las posibles repercusiones sociales y económicas. La OPS se ha encargado de dar asistencia técnica para la recopilación, análisis y difusión de datos de sanitarios de manera sistemática, con el fin de planificar, implementar y evaluar los programas de salud pública, centrándose igualmente en las medidas de contención. La OPS ha proporcionado también muestras de detección del coronavirus. Otra área clave de apoyo es la prevención y la actuación frente a la violencia contra mujeres y niñas, lo cual es crucial en un momento en que se pide a las personas que permanezcan en sus hogares, teniendo en cuenta que América Central tiene una de las tasas más altas del mundo de feminicidios y violencia doméstica en general a manos de la pareja.

Calle de la ciudad vacía con un coche de policía en una intersección.

En Brasil, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que reúne a más de 10.400 empresas de 166 países, está recopilando información sobre las medidas que las empresas están adoptando para luchar contra la pandemia y sobre las iniciativas que han tomado de manera voluntaria para apoyar la respuesta mundial a la crisis de COVID-19. La filial local de Anheuser Busch InBev, AMBEV, ha orientado sus fábricas de cerveza a la producción de medio millón de botellas de desinfectante a base de alcohol para donarlas a los hospitales públicos. El Pacto Mundial también está preparando recomendaciones para los directores ejecutivos acerca de cómo afrontar la crisis internamente y cómo apoyar la respuesta local frente al COVID-19. La Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) ha adquirido varios tipos de equipos de protección personal para el personal sanitario, que incluyen trajes, gafas, guantes y mascarillas.

En Argentina, el equipo de las Naciones Unidas apoya la respuesta del Gobierno en diversas áreas: salud, protección de menores, prevención de la violencia contra las mujeres y suministro de alimentos. En las cuestiones sanitarias, la OPS/OMS colabora para puedan implementar las medidas de contención y mitigación, con asesoramiento y apoyo a la vigilancia, diagnóstico de laboratorio, control de infecciones, comunicación de riesgos, preparación del sistema sanitario, medidas de distanciamiento social y control en los puntos de entrada. UNOPS contribuye con la adquisición urgente de ocho hospitales modulares de emergencia totalmente equipados para ampliar la respuesta del sistema sanitario con 560 camas adicionales para tratamientos hospitalarios. Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ayuda a las cocinas comunitarias y los centros de atención proporcionando alimentos y protección social a aproximadamente 200.000 personas en situaciones de vulnerabilidad.

Un grupo de auxiliares con chalecos caminan por las calles sucias de la ciudad para hablar con los residentes locales.

En Perú, además de las necesidades sanitarias inmediatas, las entidades de las Naciones Unidas colaboran con el Gobierno para minimizar las repercusiones sociales y económicas de la pandemia. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se coordina con el Ministerio de Trabajo y Empleo para proteger a los trabajadores del COVID-19, así como para garantizar sus derechos laborales.  La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), junto con el Ministerio de Educación, se centran en la seguridad de las escuelas y en la preparación para continuar con los programas de educación en los hogares.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alertan sobre la situación de los refugiados y migrantes de Venezuela. "En un momento en que la atención mundial se centra en el COVID-19, y los Gobiernos y la gente, en particular el personal sanitario, se unen heroicamente para combatir este virus, no debemos perder de vista las necesidades de los millones de refugiados y migrantes venezolanos", dijo Eduardo Stein, Representante Especial conjunto del ACNUR y la OIM para los refugiados y migrantes de Venezuela.

En Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha anunciado un alto el fuego unilateral de un mes a partir del 1 de abril. El Secretario General de las Naciones Unidas ha acogido con beneplácito la medida dirigida a facilitar la respuesta a la pandemia de COVID-19.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) acaban de enviar a más de 40 países de todo el mundo un primer lote de equipos de detección rápida del coronavirus que utilizan tecnología nuclear. Decenas de laboratorios en África, Asia, Europa, América Latina y el Caribe recibirán máquinas, reactivos y material de laboratorio para acelerar los ensayos.