31 de diciembre de 2019

Ninguna mujer debería dar a luz en la oscuridad. No se debería llevar a cabo ninguna intervención quirúrgica a la luz de una vela. Ningún niño debería dejarse a merced de las enfermedades por no poder refrigerar las vacunas. Durante demasiado tiempo, la falta de un suministro seguro de energía ha impedido a las poblaciones de comunidades remotas y rurales acceder a la atención sanitaria que necesitan, cuando la necesitan. En un momento en el que la carrera por universalizar el acceso a la energía coge ritmo, existen cinco maneras en que la energía renovable puede ayudar a proteger la atención sanitaria de calidad para las personas más pobres del mundo.

1. PROVISIÓN DE ACCESO

Más de 800 millones de personas en todo el mundo viven sin electricidad; la mitad de ellas se concentra en África Subsahariana1. Sin embargo, las clínicas sanitarias, los pabellones de maternidad, los quirófanos y los almacenes y laboratorios médicos dependen de la electricidad para refrigerar los medicamentos, encender las luces, esterilizar el equipo y utilizar aparatos médicos que salvan vidas. Un suministro de energía intermitente o poco fiable implica poner vidas en riesgo. «Lo peor fue ver morir a un recién nacido», dice David Masara, enfermero encargado en el Hospital Policlínico de Budiriro, en Zimbabwe, «y no pude hacer nada porque no teníamos ninguna fuente de energía».

La iniciativa «Energía Solar para la Salud» del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ayuda a los países a instalar sistemas de energía solar fotovoltaica en centros de salud e instalaciones de almacenamiento ubicados en zonas pobres y de difícil acceso. El PNUD ha apoyado hasta la fecha a más de 900 centros de salud e instalaciones de almacenamiento en Angola, el Chad, Liberia, Libia, Namibia, Nepal, el Sudán, Sudán del Sur, el Yemen, Zambia y Zimbabwe. Dicho apoyo está financiado principalmente por el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (Fondo Mundial). Se calcula que, como resultado de ello, 34,5 millones de personas se benefician actualmente de servicios sanitarios fiables2.

«El despliegue del proyecto “Energía Solar para la Salud” encajaba bien con el plan estratégico del Ministerio, destinado a mejorar la atención primaria de la salud», explicó Clive Marimo, director de Planificación e Infraestructura Hospitalaria del Ministerio de Salud y Cuidado Infantil de Zimbabwe. «La mayoría de los centros de atención primaria situados en zonas remotas carecen de conexión a la red eléctrica; el proyecto de energía solar transformó los servicios de los centros en los que no era posible llevar a cabo procedimientos básicos por al falta de disponibilidad de una fuente de energía».

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las mujeres pobres que viven en zonas remotas son las que tienen menor probabilidad de recibir una atención sanitaria de calidad3. La instalación de paneles solares en Zimbabwe está ayudando a garantizar que el personal médico y sanitario reduzca las complicaciones durante el embarazo y el parto, así como después de estos. «La falta de energía ha dejado de ser un problema», señala ahora el Sr. Masara. «Las mujeres embarazadas pueden dar a luz en condiciones estables».

2. GARANTÍA DE ACCESO

Para poder ofrecer una atención sanitaria de calidad, se necesita una fuente de energía fiable. Por ejemplo, es esencial mantener la cadena de frío para las vacunas y los medicamentos, y para ello se requiere refrigeración, cámaras frigoríficas y sistemas de tecnologías de la información (TI) para la gestión de existencias. «La iniciativa “Energía Solar para la Salud” es muy importante para el suministro y la gestión de consumibles médicos y quirúrgicos, sobre todo en lo que respecta a la cadena de frío», explicó el Dr. Mwale Consity, director provincial para Lusaka, Zambia. «Las vacunas, que son básicamente el futuro de nuestro país, siguen siendo potentes y viables», prosiguió.

En el pasado, las interrupciones del suministro energético afectaban periódicamente a la refrigeración de los medicamentos y las vacunas en Zambia. En la actualidad, con el apoyo del PNUD y del Gobierno de Noruega, el almacén nacional de suministros médicos de Zambia, con una superficie de 7000 m2, cuenta en su tejado con paneles solares que generan una potencia de 300 kWp4. «No debe haber fisuras en la forma de mantener la temperatura», explica Naomy Nthele, hermana encargada en el Hospital de Distrito de Chongwe, en Zambia. «Con un suministro de energía ininterrumpido, sabemos que nuestras vacunas son seguras y eficaces», afirma.

La iniciativa «Energía Solar para la Salud» contribuye también a poder ampliar las horas de funcionamiento, mejora la retención y contratación de personal médico y sanitario en zonas remotas y garantiza una atención sanitaria eficaz y segura las 24 horas del día, todos los días de la semana. «Antes solíamos decirles a los pacientes que trajeran velas. A veces incluso usábamos la linterna del teléfono. Era muy, muy difícil para nosotros», dijo Veronica Lungi, enfermera y partera del puesto sanitario de Chikumbi, en Zambia. «Una vez que conectaron los paneles solares, pudimos encender las luces todas las noches. Fue asombroso, como un sueño».

3. REDUCCIÓN DE COSTOS

El uso de la energía solar permite que los centros de salud ahorren un dinero que pueden reinvertir en apoyar otros programas de salud prioritarios. «El sector sanitario está consiguiendo ahorros muy importantes; por ejemplo, en la cantidad que habría tenido que gastar para producir energía mediante gasóleo», explicó Ian Millimo, ex Representante Residente Auxiliar del PNUD en Zambia5. «El ahorro puede llegar hasta el 40 % en algunos centros».

El PNUD calcula que la rentabilidad de la inversión alcanzará el 100 % en un período de dos a cinco años, cuando los centros de salud que cuentan con fuentes de energía inestables instalen sistemas solares. Además, se obtendrán ahorros adicionales mediante la reducción del despilfarro de productos farmacéuticos gracias al control de la temperatura y a la mejora global de eficiencia del sistema de gestión de adquisiciones y suministros.

4. FOMENTO DE LA RESILIENCIA

La energía solar contribuye también a crear sistemas de salud más resilientes. Un suministro de energía estable garantiza que los sistemas esenciales de gestión de los programas sanitarios puedan funcionar de manera eficaz. Unos sistemas que permiten introducir y analizar datos de manera ininterrumpida contribuyen a facilitar la eficiencia y la precisión de la cuantificación y distribución de medicamentos, el seguimiento de pacientes y la supervisión del funcionamiento global del sistema de salud.

En Zimbabwe, el PNUD, en colaboración con el Gobierno y con el Fondo Mundial, ha equipado 405 centros sanitarios con sistemas solares para fortalecer el sistema nacional de salud. «Pretendemos reforzar cuatro áreas prioritarias», explicó Pfungwa Mukweza, Oficial de Seguimiento y Evaluación del PNUD en Zimbabwe. «El sistema de información sobre la salud, la cadena de frío, la maternidad y el laboratorio».

Las continuas interrupciones del suministro eléctrico provocaban problemas para las TI de los centros de salud de Zimbabwe, pero la introducción de la energía solar ha ayudado a solucionarlos. «Ahora contamos con datos fiables creíbles en los que podemos confiar», afirma David Masara.

La estabilidad en el suministro que proporciona la energía solar ayuda también al sector sanitario a resistir a los efectos perjudiciales del cambio climático, como los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías y otras crisis que afectan al suministro de energía tradicional. Además, la producción de electricidad mediante energía solar en lugar de utilizar combustibles fósiles puede reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo de dióxido de carbono y metano, dos de los gases que más contribuyen al calentamiento global y al deterioro de la calidad del aire. Por lo tanto, la transición de la producción de energía a partir de gasóleo a la energía solar en los centros de salud tiene el potencial de lograr una notable reducción de la huella de carbono del sector sanitario en los países en los que se ejecuta el proyecto.

5. INVERSIÓN EN SOSTENIBILIDAD

El PNUD trabaja en colaboración con los Gobiernos y las comunidades locales para garantizar la sostenibilidad de las iniciativas «Energía Solar para la Salud», en particular el mantenimiento del sistema y la introducción de nuevos modelos de negocio. «Trabajamos codo con codo con el Gobierno para elaborar un plan para la reparación, mantenimiento y sustitución de las baterías e incluso de los paneles solares», señala Pfungwa Mukweza.

Dado que los sistemas solares continúan promoviendo una mayor disponibilidad y calidad de los servicios de salud, sobre todo en zonas remotas y de difícil acceso, están contribuyendo a universalizar la cobertura sanitaria. Verónica, una abuela zambiana, explicó lo que significaba para la comunidad local el hecho de contar con energía solar en el centro de salud local. «Nos animamos a venir a esta clínica porque aquí hay esperanza», dijo.

En consonancia con el Plan Estratégico del PNUD 2018-2021, y como se indica en la Estrategia de VIH, Salud y Desarrollo 2016-2021 del PNUD: Conectando los Puntos, la iniciativa «Energía Solar para la Salud» está contribuyendo al logro de muchos de los objetivos de la Agenda 2030 y de su compromiso de «no dejar a nadie atrás».

 Notas

1Naciones Unidas, “Objetivos de Desarrollo Sostenible: Objetivo 7, Energía asequible y no contaminante». Disponible en https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/energy/ (consultado el 26 de diciembre de 2019).

2La información ha sido proporcionada por el Centro Regional de Servicios del PNUD para África.

3 Organización Mundial de la Salud, «Mortalidad materna». 12 de septiembre de 2019. Disponible en https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/maternal-mortality.

4Ulrika Modéer y Tsegaye Lemma, “The future of multilateralism”, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 14 de febrero de 2019. Disponible en https://www.undp.org/content/brussels/en/home/presscenter/pressreleases/the-future-of-multilateralism.html.

5En la actualidad, el Sr. Mallimo trabaja como gestor de proyectos en el Centro Regional del PNUD para Europa, en Estambul.
 

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