23 de diciembre de 2022
 

Nota: Los resultados, interpretaciones y conclusiones expresados en este artículo son responsabilidad exclusiva de los autores. No representan necesariamente las opiniones del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial y sus organizaciones afiliadas, de los Directores Ejecutivos del Banco Mundial o de los Gobiernos a los que representan.

Según el último Informe sobre Pobreza y Prosperidad Compartida (PSPR 2022), publicado por el Banco Mundial, la tasa mundial de pobreza extrema se redujo del 37,8% al 8,4% entre 1990 y 2019 (gráfico 1). El informe PSPR 2022 incluía proyecciones que mostraban que la tasa mundial de pobreza extrema se reduciría hasta el 6,8% en 2030, una cifra significativamente superior al objetivo del Banco Mundial del 3% y por debajo del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 1.1 de erradicar la pobreza extrema para 2030. Acelerar el ritmo de reducción de la pobreza es una tarea compleja y difícil. En lugar de analizar exhaustivamente la evolución de la pobreza a escala global, este artículo examina dos grandes retos para alcanzar los objetivos mundiales: (i) la lentitud de la reducción de la pobreza en África Oriental y Meridional y (ii) la falta de frecuencia y actualidad de los datos sobre la pobreza.

Pobreza en el África Oriental y Meridional

El África Oriental y Meridional es un nuevo subgrupo dentro del África Subsahariana que abarca 26 países.1 Según la última base de datos mundial sobre la pobreza, la región tenía la tasa de pobreza extrema más alta del mundo: el 40,8% en 2018 (gráfico 2). Además, desde 2017 es la región con mayor número de personas que viven en la pobreza extrema, superando a Asia Meridional. En 2018, casi el 40% de los que sufren pobreza extrema, es decir, más de 262 millones de personas, viven en el África Oriental y Meridional. Y lo que es más importante, no sólo es la región con la mayor tasa de pobreza y la concentración más elevada de personas que viven en la pobreza extrema, sino que su ritmo de reducción de la pobreza también ha sido muy lento. La tasa de pobreza extrema en el África Oriental y Meridional ha disminuido solo 0,43 puntos porcentuales al año desde 2010, menos de la mitad que la media mundial de 0,93.

¿Por qué ha sido tan lenta la reducción de la pobreza en el África Oriental y Meridional? Hay muchos factores posibles. En primer lugar, la tasa de crecimiento de la población en la región, del 2,6% en 2019, es más del doble de la tasa de crecimiento de la población mundial, del 1,2%. En segundo lugar, su tasa anualizada de crecimiento del producto interior bruto (PIB) per cápita entre 2010 y 2018 fue de solo el 0,1%, frente a más del 0,8% que registró el resto de regiones. En tercer lugar, una cuestión preocupante es la elevada desigualdad en la región. Cinco de los diez países más desiguales del mundo pertenecen al África Oriental y Meridional, y todos los países menos dos tenían coeficientes de Gini superiores a la mediana mundial.2 En cuarto lugar, diversas crisis, incluidas las relacionadas con el clima, afectan a los países de la región con más frecuencia que antes. Por ejemplo, desde 2016, Malaui ha sufrido una sequía, dos ciclones y la pandemia de COVID-19. En 2022, el Cuerno de África sufrió su peor sequía en 70 años. El ritmo de reducción de la pobreza se ve agravado por el aumento de la inflación en toda la región. Por último, la fragilidad es otro de sus principales retos. La región alberga numerosos Estados frágiles, como Burundi, Somalia, Sudán del Sur, etc., donde los refugiados se mueven hacia otros países del África Oriental y Meridional.

 Gráfico 1. Fuente: Estimaciones del Banco Mundial basadas en Mahler, Yonzan y Lakner (2022); Plataforma sobre Pobreza y Desigualdad del Banco Mundial;  Base de datos de Perspectivas Económicas Mundiales del Banco Mundial.

Mejorar la frecuencia y puntualidad del seguimiento de la pobreza

A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos 30 años, la falta de datos sobre la pobreza sigue siendo un gran reto para el seguimiento de la pobreza mundial y la identificación de políticas. En los países de renta baja y los Estados frágiles solo se dispone de datos sobre la pobreza cada siete años por término medio. Estos datos obsoletos dificultan la identificación de las políticas que deben aplicarse para acelerar la reducción de la pobreza.

La recogida de datos no se realiza con frecuencia, sobre todo porque es una actividad extremadamente costosa y lenta. Realizar una encuesta a los hogares puede costar fácilmente millones de dólares, y a menudo se tarda dos o más años en estimar la pobreza a partir de los datos.

Se han desarrollado y probado varias metodologías nuevas para reducir el coste y el tiempo necesarios para estimar la pobreza. La encuesta sobre bienestar mediante seguimiento instantáneo y frecuente (SWIFT) propuesta en la publicación The Concept and Empirical Evidence of SWIFT Methodology del Banco Mundial es una de esas nuevas metodologías. La encuesta SWIFT utiliza técnicas estadísticas y de aprendizaje automático para reducir drásticamente el coste y el tiempo para estimar la pobreza, de modo que incluso los países de renta baja y los Estados frágiles puedan realizar un seguimiento anual o trimestral de la pobreza y la desigualdad. La aplicación de la encuesta SWIFT al seguimiento de la pobreza mundial es aún limitada, pero va en aumento a medida que mejora su fiabilidad y usabilidad. Por ejemplo, se utilizó para acabar con casi diez años de ausencia de datos sobre la pobreza en la República Democrática del Congo y para estimar la incidencia de la pobreza durante la crisis monetaria de Zimbabue en 2019.

 Gráfico 2. Fuente: Cálculos de los autores basados en la Plataforma de Pobreza y Desigualdad.

Más allá de la encuesta SWIFT, existen numerosas iniciativas para aumentar la frecuencia y la calidad de los datos sobre la pobreza. Por ejemplo, las innovaciones en las técnicas de recogida de datos, como las entrevistas personales asistidas por ordenador (CAPI), reducen el coste y el tiempo para la recogida de datos en las encuestas tradicionales a los hogares. Asimismo, el Banco Mundial ha aumentado las subvenciones y los créditos para la creación de capacidad estadística en los países de renta baja y los Estados frágiles. Tanto las innovaciones como el aumento de la financiación son fundamentales para mejorar la fiabilidad del seguimiento de la pobreza mundial e identificar las intervenciones políticas y la ayuda para acelerar la reducción de la pobreza.

Notas

1La región del África Oriental y Meridional abarca los siguientes países: Angola, Burundi, Botsuana, República Democrática del Congo, Comoras, Eritrea, Etiopía, Kenia, Lesoto, Madagascar, Mozambique, Mauricio, Malaui, Namibia, Ruanda, Sudán, Somalia Sudáfrica, Sudán del Sur, Santo Tomé y Príncipe, Eswatini, Seychelles, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue.

2Datos de encuestas a los hogares de la base de datos mundial de la Plataforma sobre Pobreza y Desigualdad del Banco Mundial a octubre de 2022.

 

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