Entender qué es el discurso de odio

Discurso de odio frente a libertad de expresión

La necesidad de preservar la libertad de expresión de la censura impuesta por los Estados o las corporaciones privadas es a menudo aplicada para contrarrestar los esfuerzos que regulen la expresión de odio, en particular la que se da en línea.

Las libertades de opinión y de expresión son, de hecho, piedras angulares de los derechos humanos y fundamentos de las sociedades democráticas y libres. Estas libertades respaldan otros derechos fundamentales, como son el derecho de reunión pacífica, el derecho a participar en asuntos públicos y el de la libertad de credo o religión. Es innegable que los medios digitales, incluidas las redes sociales, han reforzado el derecho a buscar, recibir y transmitir información e ideas. Por estas razones, los esfuerzos legislativos encaminados a regular esta libre expresión hacen surgir de forma no sorprendente inquietudes sobre que los intentos de detener el discurso de odio pueden silenciar disidencias y oposiciones.

Para contrarrestar el discurso de odio, la Organización de las Naciones Unidas favorece un discurso más positivo y defiende el respeto por la libertad de expresión como la norma. Por consiguiente, cualquier restricción debe ser una excepción y debe tratar de evitar daños al tiempo que garantice la igualdad o la participación pública de todos los individuos. Junto con las disposiciones relevantes legales e internacionales en materia de derechos humanos, el Plan de Acción de Rabat de la ONU ofrece unas pautas clave a los Estados para determinar las diferencias entre libertad de expresión e "instigación" (a la discriminación, hostilidad y violencia), la cual está prohibida según el derecho penal. Determinar cuándo el alcance del daño causado es lo suficiente alto como para justificar prohibir su expresión es objeto aún de bastante debate. Sin embargo, los Estados pueden hacer uso de instrumentos alternativos, tales como la educación y la promoción de mensajes de respuesta, para abordar el amplio espectro de expresiones de odio, tanto en línea como fuera de ella.

 
“Combatir el discurso de odio no significa limitar o prohibir la libertad de expresión. Se trata de impedir la escalada de dicha incitación al odio hacia algo más peligroso, en particular, instigando a la discriminación, la hostilidad y la violencia, lo cual está prohibido según el derecho internacional".

—Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, mayo de 2019