Medidas de la ONU contra el odio

El papel de las Naciones Unidas

Como la única entidad mundial verdaderamente universal, la Organización de las Naciones Unidas constituye el foro más importante para abordar problemas que transciendan fronteras nacionales y no puedan resolverse individualmente por un país.

La historia del mundo ha demostrado muchas veces que la retórica del odio amenaza los valores democráticos, la tolerancia y la estabilidad social, pudiendo llevar a tragedias humanas, incluido el genocidio.

El discurso de odio y sus consecuencias van contra los valores fundamentales de la ONU. También socavan los principios y objetivos básicos de la Carta de la ONU, como son el respeto por la dignidad humana, la igualdad y la paz. Dado que el progreso de los derechos humanos y la lucha contra el odio son representación de la misión esencial de la ONU, nuestra organización tiene el deber de combatir la plaga mundial que supone este discurso de odio.

Desde su creación, la ONU ha trabajado para evitar y combatir el odio desde muchos frentes, a través de numerosas entidades y programas. En junio de 2019 y en respuesta al alarmante aumento de la retórica del odio por todo el mundo, el Secretario General, António Guterres, presentó la Estrategia y Plan de Acción para la lucha contra el Discurso de Odio para todo el sistema de la ONU.

Este marco común de actuación abarca una amplia gama de acciones, desde la supervisión de indicadores de alerta temprana de crímenes atroces, hasta la ayuda a los Estados para interpretar la legislación sobre derechos humanos y desarrollar políticas nacionales, pasando por la promoción de iniciativas de la sociedad civil y de de base comunitaria, la asociación con partes interesadas clave y la organización de campañas de sensibilización.

Sin embargo, se resalta que la mayoría de medidas significativas contra la incitación al odio no las tomarán las Naciones Unidas, sino todas las partes interesadas relevantes. Esto incluye a los gobiernos, las organizaciones regionales y multilaterales, las empresas privadas, los medios de comunicación y agentes religiosos u otros agentes de la sociedad civil. La ONU hace un llamamiento a los Estados, como los garantes de derechos principales, para abordar y contrarrestar el discurso de odio —mientras se respete el derecho a la libertad de expresión— y reafirma el papel esencial de que los agentes no estatales, la sociedad civil y los ciudadanos en su conjunto desempeñan una resistencia ante el discurso de odio creando las sociedades inclusivas y pacíficas donde merecemos vivir.

 
"La lucha contra el odio, la discriminación, el racismo y las desigualdades es la base de los principios de las Naciones Unidas y del trabajo de la Organización. Esto se consagra en nuestra Carta fundacional, en el marco de actuación sobre derechos humanos internacionales y en nuestro esfuerzo colectivo para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible".

—Secretario General de las Naciones Unidas, Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la lucha contra el Discurso de Odio

 

El discurso de odio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Adoptados en 2015 por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hacen un llamamiento a la acción por parte de todos los países —ya tengan una renta baja, media o alta— para fomentar la prosperidad mientras se protege el planeta. Afirman que acabar con la pobreza debe ir de la mano de estrategias que creen un crecimiento económico y aborden las numerosas necesidades sociales, como la educación, la salud, la protección social y las oportunidades laborales, al mismo tiempo que luchamos contra el cambio climático y protegemos el medioambiente.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 pide una educación de calidad e inclusiva para todos, así como el fomento de un aprendizaje durante toda la vida para todos a fin de conseguir un desarrollo sostenible. La educación de calidad resulta fundamental para hacer frente la retórica del odio, tanto en Internet como fuera de él, y para prevenir la violencia. Dotar a todos los alumnos de educación con el objetivo de contrarrestar los contenidos que incitan al odio es la base de la Meta 4.7 del ODS 4 –desarrollo sostenible y ciudadanía mundial. La Agenda 2030 para la Educación que plantea la UNESCO se refiere al poder de la educación para fortalecer la ciudadanía mundial.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 está también relacionado contra el discurso de odio. El objetivo insta a la acción para fomentar sociedades pacíficas e inclusivas, un acceso a la justicia para todos, con instituciones eficaces e inclusivas que rindan cuentas. En concreto, su Meta 16.10 —garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes— puede ayudar a combatir tanto la falta de información como la desinformación.

Los esfuerzos del mundo por hacer realidad los ODS contribuyen a la lucha contra el discurso de odio porque el logro de estos objetivos interrelacionados ayudará a construir sociedades pacíficas y resilientes.

Artículo relacionado

"Cuando se trata de hacer frente y contrarrestar el discurso de odio, los Objetivos 4 (sobre la calidad de la educación) y 16 (sobre paz, justicia e instituciones sólidas) se encuentran estrechamente interrelacionados".

— Asesora Especial para la Prevención del Genocidio, octubre de 2021

 

Asesora Especial para la Prevención del Genocidio

En los años 90, las atrocidades cometidas en Rwanda y los Balcanes demostraron, de la forma peor posible, que las Naciones Unidas y la comunidad internacional habían fracasado en la protección de determinadas poblaciones y que tenían que hacer más para evitar genocidios.

Al fijarse en lo aprendido de aquellas tragedias, el Consejo de Seguridad de la ONU solicitó al Secretario General que compartiera su información y análisis con el sistema de la ONU en casos de violaciones graves del derecho internacional y si se daban situaciones de conflictos potenciales derivadas de disputas territoriales, religiosas o étnicas, y otros problemas relacionados.

En 2004, coincidiendo con el 10º aniversario del genocidio ruandés, el Secretario General presentó un Plan de Acción para prevenir el Genocidio y designó al primer Asesor Especial para la Prevención del Genocidio, encargado de sensibilizar sobre las causas y las dinámicas del genocidio, alertando a los agentes relevantes cuando se dieran riesgos, y defendiendo e incitando a emprender la acción apropiada. El trabajo del Asesor Especial para la Prevención del Genocidio está respaldado por la Oficina del Asesor Especial del Secretario General sobre la Prevención del Genocidio, un órgano conjunto y vinculado al Asesor Especial para la Responsabilidad de Proteger. Ambos asesores especiales informan directamente al Secretario General de la ONU.

Entender las causas profundas de los crímenes atroces —en particular, el genocidio y los crímenes contra la humanidad— es fundamental para su prevención, dado que estos no son hechos espontáneos. Se desarrollan en el tiempo y van parejos normalmente a señales de alerta, como el discurso de odio contra grupos específicos. Para ayudar a detectar algunos de estos riesgos y desencadenantes, la Oficina de la Asesora Especial del Secretario General sobre la Prevención del Genocidio ha desarrollado un Marco de análisis. La Oficina es también el punto focal para la Estrategia de la ONU sobre el discurso de odio.

La Asesora Especial actual para la Prevención del Genocidio es Alice Wairimu Nderitu, originaria de Kenya.

 

Alerta temprana de la ONU y responsabilidad del Estado de Proteger
“Desde la perspectiva de mi mandato, la historia nos ha enseñado que las narrativas de odio a menudo preceden a la perpetración".

— Asesora Especial para la Prevención del Genocidio, Ailice Wairimu Nderitu, octubre de 2021

 

¿Cuáles son las causas principales del discurso de odio en Costa Rica?

Costa Rica es conocida por su compromiso con la paz y la cohesión social, la igualdad de género, el desarrollo sostenible y la protección del medioambiente, que se resume en su lema nacional: "pura vida". Sin embargo, en estos últimos años, el discurso de odio, la estigmatización y las narrativas discriminatorias han comenzado a aflorar en las redes sociales y fuera de ellas, provocando progresivamente una atmósfera tóxica y de división en el país.

Para hacer frente a esta situación, el equipo de la ONU en Costa Rica aunó esfuerzos con el Gobierno, la sociedad civil, el mundo académico y los activistas para lanzar el primer proyecto de investigación de este tipo en Latinoamérica. Para entender la naturaleza y la dinámica del discurso de odio en las redes sociales costarricensces, el estudio desveló no menos de 548.000 conversaciones de odio, la mayoría dirigidas a extranjeros, mujeres y personas de la comunidad LGBTQI+. Un segundo estudio presentado en junio de 2022 halló más de 937.000 conversaciones de odio y que el discurso de odio llegó a aumentar un 71 % entre 2021 y 2022.

Esta investigación no solo reveló la elevada prevalencia y los mecanismos del odio en Internet, sino que también presentó el novedoso Plan de Costa Rica creado contra el discurso de Odio y la Discriminación, una iniciativa para toda la nación para sensibilizar, educar y combatir esa incitación al odio. El Plan es el resultado de los esfuerzos colaborativos entre la ONU y diferentes entidades costarricenses, la comunidad académica y la sociedad civil.

Esta innovadora alianza ha supuesto ya la creación del primer Observatorio del Discurso de Odio nacional en la región (con la Universidad de Costa Rica). También ha fomentado una campaña nacional para que las personas tomen conciencia sobre la inclusión, el respecto por la diversidad y la lucha contra el odio y la discriminación, entre otras muchas medidas aún por poner en práctica.